31/08/2016

El mundo

Golpe en Brasil: Dilma Rousseff fue destituida como presidenta

A través del Senado, y luego de un proceso de nueve meses, llegó a su abrupto final el gobierno del Partido de los Trabajadores, que estuvo 13 años en el poder y fue ratificado varias veces por el voto popular.

Dilma Rousseff fue encontrada este miércoles culpable de corrupción por el Senado y por lo tanto apartada de forma definitiva de sus funciones como Presidenta de Brasil. Con 61 senadores a favor, y 20 en contra, en un quorum de 81 senadores, tampoco podrá presentarse a nuevas elecciones presidenciales hasta dentro de ocho años.


Tras nueve meses de un proceso de impeachment, la derecha pudo truncar un modelo de 13 años de gobiernos del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), que fueron inaugurados en 2003 por el padrino político de la condenada mandataria, Luiz Inácio Lula da Silva.


La abarrotada jornada final del juicio político en la Cámara alta estuvo marcada por la tensión que hasta el último instante demoró y enredó la histórica sesión. Los senadores petistas pidieron que el impeachment se votara en dos cuestiones separadas: si Rousseff era culpable de los crímenes de responsabilidad de los que se la acusó y debía perder su cargo, y si, en consecuencia, debía ser inhabilitada para el ejercicio de cualquier función pública por un plazo de ocho años. 


En las próximas horas, en un breve acto en la Cámara de Diputados, será oficializado al frente del Palacio del Planalto el presidente en ejercicio, el ex vice Michel Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que era el principal socio del PT hasta que la crisis política generada por la aguda recesión económica y las investigaciones de la red de corrupción en Petrobras pusieron fin a la alianza. La combinación de estos factores llevaron a que Rousseff perdiera la capacidad de gobernar.


"Brasil pasó por un período difícil de disputas políticas, pero la Constitución fue cumplida. Tras la separación de la presidenta, asume el vicepresidente, porque ese es su papel. No hay una crisis institucional", aseguró Temer al diario O Globo esta mañana.


De 75 años, Temer jurará el cargo que ocuparía hasta el resto del actual mandato, que termina el 31 de diciembre de 2018, y de inmediato partirá hacia China para participar de la cumbre del G-20 en Hangzhou. Dejará entonces el país en manos del recientemente elegido nuevo presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, del partido Demócratas. Así, hoy, en un período de pocas horas, Brasil pasará por la inusual situación de tener tres presidentes.


Es la segunda vez en la historia del gigante sudamericano que un mandatario es destituido por el Congreso, luego del impeachment de Fernando Collor de Mello en 1992, por cargos de corrupción. Sin embargo, entonces, Collor de Mello -hoy senador y uno de los que votó en contra de Rousseff- prefirió renunciar la víspera de ser removido del cargo por el Senado. De cualquier forma, los senadores lo condenaron y quedó inhabilitado políticamente por ocho años. (lanacion.com.ar)

  




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