30/09/2016

El mundo

¿Qué dirá papá?

Dos monjas se conocieron, se gustaron, dejaron los hábitos y se casaron

“Se enamoraron como todas las personas del mundo. Poco a poco. Conociéndose, comprendiéndose, probando un sentimiento profundo”.
Dos monjas se conocieron, se gustaron, dejaron los hábitos y se casaron | El Diario 24 Ampliar (1 fotos)

“No sólo deberé decir a mi padre que no soy más monja sino que también estoy feliz por casarme con Isabel”.

Isabel, nacida en un país de América Latina que no quiso precisar para preservar el anonimato, y Federica, italiana, vestían todavía los hábitos de monjas franciscanas cuando se conocieron en un viaje de peregrinación. Luego de dedicar su vida religiosa a ayudar a los más humildes y a las personas con problemas de adicción en misiones católicas de todo el mundo, las dos mujeres de 44 años dejaron el velo para casarse.


“Dios quiere personas felices, que vivan el amor a la luz del sol”, dijo antes del matrimonio Isabel. La ceremonia civil fue auspiciada por el alcalde de Pinerolo, Luca Salvai, del Movimento 5 Stelle. La pareja contó también con una ceremonia religiosa celebrada ayer por Franco Barbero, un ex sacerdote excomulgado por Juan Pablo II por su apoyo al matrimonio igualitario. “Se enamoraron como todas las personas del mundo. Poco a poco. Conociéndose, comprendiéndose, probando un sentimiento profundo”.


“Son dos personas bellas, con lauros universitarias importantes”, dijo a La Stampa el padre Barbero, quien agregó que ambas mujeres tienen “una fe muy intensa y se conocieron hace tres años. Tomaron una decisión valiente”. Las dos mujeres debieron seguir todos los pasos formales en el Vaticano, para dejar el velo. Federica, que es oriunda de un pequeño pueblo del sur de Italia, señaló: “No sólo deberé decir a mi padre que no soy más monja sino que también estoy feliz por casarme con Isabel”.


Las monjas dejaron el convento, aunque señalaron que “no abandonaban ni a la Iglesia ni a la fe”. Las mujeres pidieron a los medios mantener su anonimato: “No es por pudor, sino por miedo a los prejuicios. Queremos vivir tranquilas y encontrar un trabajo”.





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