09/11/2016

El mundo

Donald Trump sorprende al mundo y es el nuevo presidente de los Estados Unidos

En una reñida elección, el candidato republicano logró imponerse a Hillary Clinton. Un tenso escrutinio finalmente arrojó los resultados poco después de las 4 AM de Argentina.

El republicano Donald J. Trump se impuso en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y se convertirá en el 45º presidente del país. Su rival la demócrata Hillary Clinton, lo llamó para conceder la derrota, pero se rehusó a hablar en público esta madrugada.
El sorpresivo batacazo de Trump, un cataclismo político inédito en la historia política del país, comenzó a cobrar forma apenas comenzaron a despuntar los primeros datos oficiales, que lo mostraron en una posición mucho más sólida a la que anticipaban todas las encuestas y los pronósticos, sus propios colaboradores y la tendencia del voto anticipado.
Trump, el magnate inmobiliario devenido en el "outsider" que pateó el tablero político de Estados Unidos y lideró un movimiento contra el "establishment" de Washington, incluido el propio Partido Republicano, dominó el mapa electoral, y tras una campaña divisiva, hostil y desgastante, terminó por gestar un histórico y contundente triunfo que sumió en la tristeza a los seguidores de su rival, la demócrata Hillary Clinton, quienes daban casi por descontado un triunfo.
Trump ganó en Florida, Ohio y Pensilvania, los "estados pendulares" más importantes que le brindaron una ventaja casi decisiva para alcanzar los 270 votos necesarios para obtener la mayoría en el Colegio Electoral. Con esos estados, más los bastiones republicanos del centro rural y el sur del país, Trump obtenía 265 votos, y llevaba la delantera en Wisconsin, Michigan y Arizona. Un triunfo en cualquiera de esos estados sellará su victoria definitiva.
El mapa electoral de la elección presidencial dejó las divisiones de Estados Unidos a la vista: Clinton aparecía mejor posicionada en las costas cosmopolitas, donde late la "nueva economía", mientras que Trump se impuso en los estados del centro rural el sur del país, y en "Rust Belt", la región que más ha sufrido el éxodo de fábricas que provocó la globalización, y la pérdida de empleos por los avances tecnológicos.
Ni sus insultos, ni las acusaciones de acoso sexual en su contra, ni sus polémicas declaraciones -públicas o privadas- o las críticas por el mensaje xenófobo, racista y nacionalista de su campaña, o el rechazo del propio Partido Republicano, la prensa y el "establishment" político y económico del país frenaron el fenómeno Trump.

El republicano Donald Trump será el próximo presidente de los Estados Unidos. Su rival la demócrata Hillary Clinton, reconoció la derrota en privado, aunque no realizó aun declaraciones públicas.


El sorpresivo batacazo de Trump, un cataclismo político inédito en la historia política del país, comenzó a cobrar forma apenas comenzaron a despuntar los primeros datos oficiales, que lo mostraron en una posición mucho más sólida a la que anticipaban todas las encuestas y los pronósticos, sus propios colaboradores y la tendencia del voto anticipado.


Trump, el magnate inmobiliario devenido en el "outsider" que pateó el tablero político de Estados Unidos y lideró un movimiento contra el "establishment" de Washington, incluido el propio Partido Republicano, dominó el mapa electoral, y tras una campaña divisiva, hostil y desgastante, terminó por gestar un histórico y contundente triunfo que sumió en la tristeza a los seguidores de su rival, la demócrata Hillary Clinton, quienes daban casi por descontado un triunfo.

Trump ganó en Florida, Ohio y Pensilvania, los "estados pendulares" más importantes que le brindaron una ventaja casi decisiva para alcanzar los 270 votos necesarios para obtener la mayoría en el Colegio Electoral. Con esos estados, más los bastiones republicanos del centro rural y el sur del país, Trump obtenía 265 votos, y llevaba la delantera en Wisconsin, Michigan y Arizona. Un triunfo en cualquiera de esos estados sellará su victoria definitiva.


El mapa electoral de la elección presidencial dejó las divisiones de Estados Unidos a la vista: Clinton aparecía mejor posicionada en las costas cosmopolitas, donde late la "nueva economía", mientras que Trump se impuso en los estados del centro rural el sur del país, y en "Rust Belt", la región que más ha sufrido el éxodo de fábricas que provocó la globalización, y la pérdida de empleos por los avances tecnológicos.


Ni sus insultos, ni las acusaciones de acoso sexual en su contra, ni sus polémicas declaraciones -públicas o privadas- o las críticas por el mensaje xenófobo, racista y nacionalista de su campaña, o el rechazo del propio Partido Republicano, la prensa y el "establishment" político y económico del país frenaron el fenómeno Trump.


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