11/05/2017

El mundo

Hace llorar

Las palabras de la madre de un niño con necesidades especiales conmocionan las redes sociales

Desde su nacimiento, Leah comparte en su perfil de Facebook las novedades respecto de su hijo, hoy de cuatro años. Sus avances, sus logros -pequeños pero significativos-, sus miedos y sus experiencias.
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Esta es una historia que se convirtió en agradecimiento hacia una madre que supo cómo lidiar con una situación difícil.

Malachi Carroll nació en 2013. Su madre, Leah, sólo lo tuvo 24 semanas en su vientre. Arribó a este mundo sin pulsaciones y los médicos debieron atravesar un gran desafío para lograr revivirlo. Permaneció en la unidad de terapia intensiva de neonatología varias semanas, hasta que finalmente pudo reencontrarse en su hogar con su familia.

El diagnóstico no era alentador: hidrocefalia, encefalopatía isquémica hipóxica, parálisis cerebral, deterioro visual cortical, epilepsia y anormalidades ortopédicas. La vida de Malachi no sería fácil y la de quienes lo rodeaban con su amor, tampoco.

Desde su nacimiento, Leah comparte en su perfil de Facebook las novedades respecto de su hijo, hoy de cuatro años. Sus avances, sus logros -pequeños pero significativos-, sus miedos y sus experiencias. Fue así como decidió también contar una pequeña historia.


Una historia que se convirtió en agradecimiento hacia una madre que supo cómo lidiar con una situación difícil cuando uno de sus pequeños señaló a Malachi sorprendido por su apariencia.

El encuentro fue en un local de comidas rápidas y terminó en una gran historia que fue compartida por decenas de miles de personas y provocó la reacción de más de 120.000 usuarios. Los medios tomaron la historia ocurrida en Tennessee y que conmovió a todos los Estados Unidos.



La carta:

"A la madre de tres en Chick-Fil-A", comienza la carta escrita por Leah. "Sentí tu pánico cuando tu hijo de cinco años señaló a mi hijo en su silla de ruedas y gritó '¡mamá, mira a ESE niño!'. Te inclinaste hacia él y en voz baja le dijiste a él y a su hermano de tres años que no debían decir cosas como ésas y que no debían señalar o mirar fijamente. Pero como en la mayoría de los casos, esas sugerencias son fútiles con las mentes jóvenes y curiosas, y continuaron mirándolo fijo y haciendo preguntas acerca de las diferencias de mi hijo en voz alta".

"Cuando sentiste que los susurros no estaban funcionando, vi que el pánico desapareció, tomaste un gran respiro y cobraste coraje. Llevaste a tus niños hacia donde estaba Malachi y dijiste: '¡Apuesto que le gustaría saber sus nombres!'. Cuando dijeron sus nombres, mi pequeño Malachi sonrió de oreja a oreja y les respondió atropelladamente. El placer en su rostro me llenó los ojos de lágrimas. Ama a los niños de su edad, pero muchos temen venir y hablar con él".

"Tus niños continuaron preguntándole sobre su apoyabrazos, su silla de ruedas, por qué sus piernas no funcionan, por qué mantiene la boca abierta de esa forma. Tomaste el tiempo para educar a tus hijos en ese momento y los ayudaste a entender que ser diferente está bien. Lo diferente no es algo a lo que temer. ¡Y que está bien hacer preguntas! Gracias por darle a mi hijo la oportunidad de conocer a tus niños. Gracias por ser la clase de madre que educa a sus hijos en lugar de tratar de silenciarlos. Las madres de niños especiales tenemos que desarrollar una piel gruesa contra miradas, comentarios y susurros.  Por favor, sepan que lleva mucho trabajo lastimarnos, especialmente cuando viene de niños pequeños. Den a sus hijos la misma gracia que nosotros les dimos y usen la oportunidad para enseñarles sobre diferencias. Así que, mamá de Chick-Fil-A, gracias por criar a tus hijos para que puedan abrazar a Malachi. Y gracias por darle a mi hijo algo por lo cual sonreír".

En las últimas horas, Leah se sorprendió por el recibimiento que tuvo su posteo. Al momento de esta publicación, casi 200 mil personas habían mostrado algún tipo de reacción, fue comentada más de cinco mil veces y compartida en 70.000 oportunidades. La historia de Malachi y la lección de la madre de Chick-Fil-A a sus hijos hizo feliz por unos instantes a un niño, que lo único que quiere es que le digan "te amo", tal como Leah y su padre Jake lo hacen a diario.


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