15/01/2019

El mundo

El Parlamento británico rechazó el acuerdo para el Brexit de Theresa May

La Cámara de los Comunes votó 432-202 en contra del tratado para la salida de a UE en lo que representa la peor derrota parlamentaria de un gobierno en la historia británica reciente. Incertidumbre sobre el futuro de la iniciativa.
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May tiene pocos días para hacer una nueva presentación. Foto: Reuters

Los legisladores británicos votaron contra el acuerdo de divorcio de la Unión Europea propuesto por la primera ministra Theresa May por un margen abrumador, lo que provoca una agitación política que podría llevar a un Brexit desordenado o incluso a un cambio de la decisión de 2016 de dejar el grupo.

La Cámara de los Comunes votó 432-202 en contra del acuerdo, la peor derrota parlamentaria de un gobierno en la historia británica reciente. Decenas de sus propios legisladores, tanto partidarios del Brexit como europeístas se unieron para rechazar el acuerdo.

Tal como estaba previsto, una parte de los diputados conservadores, junto a toda la oposición laborista, el Partido Nacionalista Escocés (SNP), el Partido Liberal Demócrata y el Partido Unionista Democrático (DUP) votaron en contra del acuerdo, tumbando la propuesta de la primera ministra.

Este resultado marca el inicio de un plazo de tres días para que May presente un nuevo acuerdo, aunque el margen del que dispone para introducir modificaciones relevantes en el texto es prácticamente nulo. Una vez agotada esta segunda posibilidad, los posibles escenarios son diversos e invariablemente inciertos.

En este sentido, May ha afirmado que todavía tiene intención de lograr el Brexit y ha prometido para el próximo lunes presentar un plan de acciones posteriores, "si el Parlamento aún confía en el Gobierno británico".

La votación de este martes ha materializado lo que Theresa May describió el día anterior como una "catástrofe" a la que habría que hacer frente. Una de las maneras de hacerlo, problemática sin duda en varios aspectos, sería desconectar el Reino Unido de la Unión Europea sin que ningún acuerdo defina las reglas comerciales ni fronterizas que regirían la relación a partir de ahora.

El llamado 'no-deal' (no acuerdo) no es la opción predilecta de nadie, pero no ha sido descartada. De hecho, la primera ministra ha insistido últimamente en que "un no acuerdo es mejor que un mal acuerdo".

Si el líder del Partido Laborista Jeremy Corbyn cumple con lo que anunció antes de la votación, presentará en breve una moción contra el Gobierno de Theresa May. Eso forzaría un plazo de dos semanas para la votación correspondiente.

Los conservadores, por su parte, también podrían llamar a una moción, confiando en que la actual primera ministra saliera reforzada. Incluso May podría dimitir para dejar paso a la formación de un nuevo Gobierno con otro líder conservador. En este último caso, una victoria les permitiría seguir al frente del Ejecutivo. Una derrota, en cambio, daría luz verde a que los laboristas intentaran formar un nuevo Gobierno, que necesitaría a su vez la confianza del resto de la cámara.

Otro resultado de cualquier moción impulsada podría ser la convocatoria de elecciones anticipadas, a las que también se podría llegar, por cierto, por decisión directa de la propia Theresa May si lo considerase oportuno. Para ello, dos tercios de la cámara tendrían que votar a favor. Dado que la legislación electoral británica exige un plazo mínimo de 25 días laborables para poder celebrarlas, estos hipotéticos comicios tendrían lugar a finales de febrero o principios de marzo.

Por el momento, el único horizonte verificable se ciñe a los próximos tres días, en el transcurso de los cuales la primera ministra presentará un 'plan B' del que casi nadie espera nada significativo. De ahí en adelante, el proceso se desarrollará en un escenario aún por determinar. (Reuters; RT)




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