12/11/2019

El mundo

Pedro Sánchez acuerda con la izquierda de Podemos para conformar un nuevo gobierno en España

El actual presidente ibérico anunció este martes la firma del documento con el líder de Podemos, Pablo Iglesias.

El Partido Socialista (PSOE) y la fuerza de izquierda Unidas Podemos (UP) firmaron este martes un acuerdo para formar un gobierno de coalición progresista en España, el primero desde la transición democrática.

Tras una negociación exprés bajo el shock del avance de la ultraderecha en España (con el partido Vox a la cabeza), este martes se logró un acuerdo que hace seis meses parecía imposible.

A menos de 48 horas de la repetición de las elecciones generales, el presidente del gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, y el líder de UP, Pablo Iglesias, se fundieron en un emotivo abrazo en el Congreso de los Diputados español, donde anunciaron -y firmaron- su histórico pacto, que llegó de forma sorpresiva.

Sánchez le ofreció la vicepresidencia del gobierno de España a Iglesias y con su abrazo puso en el pasado los rencores, las acusaciones mutuas y la desconfianza entre el PSOE y UP.

Pero para que el nuevo Ejecutivo llegue a la casa de Gobierno aún falta convencer a los independentistas catalanes de que se abstengan, ya que ni el conservador Partido Popular (PP) ni Ciudadanos están dispuestos a facilitar la reelección de Sánchez.

Los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), cuyos votos pueden facilitar el gobierno de coalición entre los socialista y la izquierda en España, exigieron el reconocimiento de la existencia de "un conflicto político" en Cataluña a cambio de su colaboración.

"Ahora mismo nuestra respuesta es un no", afirmó Marta Vilalta, vocera de ERC, luego del anuncio del Partido Socialista (PSOE) y Unidas Podemos (UP) de que habían llegado a un acuerdo para formar un nuevo Ejecutivo tras las elecciones del domingo último.

"Si quieren alguna cosa, exigimos sentarnos y hablar, entender que hay un conflicto político que requiere una solución democrática y política; si no, no hay nada que hacer", añadió la dirigente republicana en conferencia de prensa en el parlamento regional en Barcelona.

En principio hizo falta que los españoles votaran a sus representantes parlamentarios por segunda vez en un año (primero el 28 de abril y luego el 10 de noviembre), y que el partido ultraderechista Vox escalara a una amenazante tercera posición para que las dos principales fuerzas progresistas de España superaran sus diferencias y se pusieran de acuerdo.

"Es tiempo de dejar atrás cualquier reproche y trabajar codo con codo en la tarea histórica e ilusionante que tenemos por delante", dijo Iglesias al presentar junto a Sánchez el preacuerdo entre PSOE y UP.

Ambas fuerzas progresistas perdieron terreno en las elecciones del domingo, que ganó el PSOE, en detrimento del avance de conservadores y ultraderechistas.

El futuro gobierno trabajará "por el diálogo para afrontar la crisis territorial y por la justicia social como la mejor vacuna frente a la extrema derecha", subrayó el líder de UP, que se dejó cinco escaños.

"Este proyecto político es tan ilusionante y esperanzador que supera cualquier desencuentro", apuntó Sánchez, quien luego de perder 3 diputados con la repetición electoral dijo que ambos eran "conscientes de la decepción que supuso para los votantes progresistas" que no hayan podido alcanzar un acuerdo tras los comicios de abril.

El líder socialista vaticinó que "este gobierno va a ser rotundamente progresista, por sus integrantes y por su trabajo". "Lo único que no cabrá será el odio y la confrontación entre españoles", sentenció.

El PSOE y UP pactaron un programa básico con 10 líneas principales de acción, que destacan la mejora del empleo; la protección de la sanidad, la educación y las pensiones; garantizar el derecho a la vivienda; la lucha contra el cambio climático, la igualdad de la mujer y la ampliación de los derechos sociales.

En cuanto al conflicto secesionista catalán, afirman que tienen como "prioridad garantizar la convivencia en Cataluña y la normalización de la vida política" fomentando el diálogo y "buscando fórmulas de entendimiento y encuentro, siempre dentro de la Constitución".

Todavía no se sabe cómo será la estructura del próximo Ejecutivo, salvo que Iglesias ocupará unas de las vicepresidencias, algo que parecía impensable después de que tras los comicios de abril Sánchez lo vetara.

"Este es un acuerdo para cuatro años, de legislatura, y nace con el propósito de abrirse a otras fuerzas parlamentarias que permita no solo la investidura sino una legislatura", explicó el líder socialista, quien apeló a la "generosidad y responsabilidad" de todas las fuerzas políticas para que España tenga un "gobierno ya".

PSOE y UP no alcanzan una mayoría, por lo que tendrán que buscar el respaldo de otras fuerzas políticas para en primer lugar superar la votación de investidura, algo que pretenden hacer sin los secesionistas.

Cuentan de antemano con la disposición de los progresistas de Más País, los nacionalistas vascos del PNV y otros partidos regionales minoritarios, y miraban con buenos ojos a los liberales de Ciudadanos, endebles tras el paso por las urnas y la renuncia de su ya ex líder, Albert Rivera.

Pero las primeras noticias no son buenas: "Ciudadanos no puede apoyar que Sánchez y Podemos lleven las riendas del Gobierno de España. Es nefasto y contrario a los intereses de la mayoría de españoles", se adelantó el partido liberal en un comunicado.

"Sánchez cierra la puerta, con estruendo, a cualquier colaboración con el PP", apuntó por su parte Pablo Casado, líder del Partido Popular, que rechaza abstenerse.

De no cambiar estas posiciones, la única salida es lograr la abstención de los independentista de ERC (Esquerra Republicana de Catalunya), que esperan un llamado para "hablar de todo, sin ninguna renuncia".





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