24/03/2020

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En América Latina, cada maestrito con su librito para la pandemia

México, El Salvador, Brasil, Venezuela, todos tienen su estrategia para combatir el coronavirus. Algunas insólitas, otras oportunistas.
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En América Latina, cada maestrito con su librito para la pandemia

Mientras sus gobiernos y casi todos toman medidas sanitarias y económicas para enfrentar la crisis del coronavirus, el mexicano Andrés Manuel López Obrador besa a la muchedumbre y dice estar protegido por amuletos, el salvadoreño Nayib Bukele reza con sus ministros en cadena nacional, el venezolano Nicolás Maduro insiste en la tesis de la “guerra biológica”, y el nicaragüense Daniel Ortega convoca una marcha multitudinaria contra la pandemia. Bienvenidos a Latinoamérica.

“Detente enemigo que el corazón de Jesús está conmigo, pero no hay ni siquiera enemigos, son adversarios, yo no tengo enemigos, ni quiero tenerlos”, expresó el jueves 19 de marzo el Presidente de México sobre la pandemia. Entonces mostró a los periodistas su “escudo protector” para librarse de la temible enfermedad: escapularios católicos, un trébol de seis hojas y un billete de 2 dólares que le regaló un migrante.

El que sí está alarmado es el presidente Bukele de El Salvador. “Algunos no se han dado cuenta, pero ya inició la Tercera Guerra Mundial”, proclamó en su cuenta en Twitter. Además dedecir: “Este es un Estado laico y es un Estado que permite libertad de culto. Sin embargo, habemos muchos creyentes. Quiero pedirle a todos que oremos y le pidamos a Dios que nos ayude a sobreponernos a esta enfermedad”, exhortó en cadena nacional.

En Guatemala, el presidente Alejandro Giammattei también alzó su mirada al cielo. “Hagamos un día de ayuno, un día de oración, unámonos no importando nuestro credo, este sábado 21 de marzo, previo al domingo, día de Dios”, llamó. Giammattei y Bukele hacen bueno el viejo refrán de “a Dios rogando y con el mazo dando”. Al tiempo que oran, ambos intensifican la cuarentena para contrarrestar la propagación de la pandemia.

En el otro lado está Nicaragua. El gobierno de Daniel Ortega no solo desecha la idea de restringir el movimiento de los ciudadanos, sino que realizó el sábado 14 de marzo una marcha bajo el título “Amor en tiempos del Covid-19”. Si el sandinismo construyó su fama desafiando al “imperio” de Estados Unidos, aquí recobró notoriedad por retar el sentido común y a la Organización Mundial de la Salud, que recomienda el distanciamiento social para frenar la enfermedad.

El brasileño Jair Bolsonaro comparte su inquietud por la marcha de la economía y el aumento del desempleo. El presidente de Brasil tachó de “lunático” al gobernador de Sao Paulo por decretar una cuarentena de 15 días, y espetó: “Es una gripita para mí y, puede estar seguro, para más del 60 por ciento de los brasileños no será nada. Ni se enterarán ni sentirán en caso de que se contagien. Entiendo que para los ancianos y para personas con enfermedades realmente contraer el virus puede ser grave”.

La oposición venezolana hizo una marcha multitudinaria el 10 de marzo y anunció su intención de aumentar la presión social contra Nicolás Maduro. La aparición del coronavirus ha obligado a replantear la estrategia de Juan Guaidó, jefe del Parlamento que es reconocido como Presidente encargado de la República Bolivariana por las potencias occidentales y la mayoría de América Latina.

El jefe de la revolución chavista impuso la cuarentena, anunció un nuevo paquete económico y repite constantemente: “Hay análisis en el mundo que demuestran que el coronavirus puede ser una cepa creada para la guerra biológica contra China, ya son muchos los elementos que se ven en el análisis mundial y hay que alzar la voz, tocar la campana, alertar que no sea el coronavirus un arma de guerra que se esté utilizando contra China y los pueblos del mundo”.

En el apacible Uruguay la pandemia ya parió un nuevo verbo: “carmelear”. El término se emplea para señalar la transgresión de la cuarentena y alude a la empresaria Carmela Hontou, quien a su retorno de un viaje a Europa asistió el 7 de marzo a una boda con 500 invitados en Carrasco, el barrio más rico de Montevideo. De acuerdo con los datos oficiales, Hontou contagió a unas 44 personas, entre ellas su hijo de 30 años.

Chile, sacudido por la inestabilidad política, registró su primer caso el 3 de marzo y el 6 continuaban las protestas masivas que comenzaron en octubre de 2019 contra la gestión del presidente Sebastián Piñera. “Ahora siguen existiendo manifestaciones, pero puntuales y menos masivas”, indica un periodista radicado en Santiago.

El referendo constitucional previsto para abril se pospuso a octubre. “En estos momentos todo se reorientó a lograr la cuarentena. Incluso las autoridades aprovecharon la desmovilización para recuperar la plaza Baquedano, epicentro de las protestas. Así que pandemia reemplaza protesta”, ironiza otra reportera chilena.




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