23/08/2022

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La paciencia, el blackjack y los tiempos de Internet

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La paciencia, el blackjack y los tiempos de Internet

El blackjack online gratuito es un entretenimiento muy común. Gran cantidad de personas usan este juego, minutos antes de dormir, en horas de almuerzo o en el transporte público. Se trata de un juego de naipes muy simple, no tiene muchas reglas complicadas. Curiosamente, es más popular que el competitivo Póker, siendo que este último implica partidas más largas donde la capacidad de blofear se impone sobre la suerte.

No obstante, en este post queremos centrarnos en una cualidad del blackjack: la velocidad con que se juega. En solo unos minutos se resuelve una partida. Incluso, hay partidas que duran menos de 60 segundos. Es un juego instantáneo, que no se demora. La base del mismo es saber de antemano las combinaciones, contando cartas, o bien sabiendo cuando conviene y no conviene apostar. El blackjack es fugaz, un chispazo de naipes donde el croupier reparta las cartas y de inmediato se toman decisiones para ganar, perder o abandonar.

Vivimos en una época donde la humanidad está inoculada con el germen del apuro. Todo se hace contrarreloj. No es cuestión de que las cosas se dejen para el final, sino que pareciera que el tiempo es un factor que debe agotarse, usarse con el acelerador a fondo. Basta con el observar la rapidez de la gente en pasar los semáforos en rojo; o bien que se asignan tareas y responsabilidades para ser cumplidas en calendarios casi imposibles.

Ahora esa velocidad de vida se extiende al ocio. Atrás quedan las épocas de “descanso y pausa”. ¡No! Ahora, la diversión parece contagiarse de la patología de la urgencia. La gente asiste a discotecas retumbantes de sonidos y luces de vértigo. Las horas de solaz están cronometradas con lupa y no se emplean para reposar, sino en actividades tan apremiantes como el trabajo. ¿Acaso la urgencia se ha incubado como una forma de vida? ¿Hemos olvidado como vivir despacio?

Lo antes comentado es una de las características que tornan sugestivo al blackjack. Es un juego acorde a los tiempos que vivimos: no tiene muchas reglas, es bastante impersonal y no necesita mucha atención. Muchos consideran que es un juego para impacientes, pero al decir esto se comete una injusticia contra el blackjack. El hecho de que sea rápido no quiere decir que cultive               la impaciencia. Por el contrario, un verdadero jugador de blackjack sabe aguardar.

Para jugar bien se necesita esperar. Por ejemplo, estar consciente de que se necesita de una mano adecuada. O, también, que el croupier tenga una mala mano. También, estar conscientes que es un juego de muchas oportunidades. Incluso, hay quienes dicen que el blackjack se rige por el siguiente principio:

  • Si tienes mucho rato ganando, entonces debes apostar bajo. Las posibilidades indican que va a empezar a perder.
  • En cambio, si vienes de una racha muy mala; es posible que la suerte se revierta en cualquier momento. Entonces, es momento de apostar, intensidad.

Otra ventaja de este juego es lo simple que resulta. No se necesita de un ordenador, o dispositivo complejo, para disfrutarlo. Por ejemplo, muchos juegos en línea de gráficos complejos necesitan de consejos para mejorar la velocidad de Internet, así como potentes tarjetas de videos. Nada de esto es necesario en un procesador de blackjack, el cual puede dar horas de diversión con mínimos requerimientos tecnológicos.

Por otra parte, sucede que este juego tiene otro rasgo: las partidas son rápidas y se pueden interrumpir, para luego ser retomadas. Ese es otro rasgo de nuestra época: el ir y venir, las cosas no se hacen hasta culminarse, sino que alternativamente se toman y retoman. Al parecer, los humanos hemos dejado la idea de: “cerrar etapas para iniciar otras”. Ahora, todo se hace al mismo tiempo, haciendo un poco de cada cosa y dejando algo para empezar otra labor que también será interrumpida. Esto lo podemos comparar con el picoteo de las gallinas: estas aves no picotean un grano hasta terminarlo; sino que picotean todos los que tienen hasta acabarlos todos al unísono.

La gente suele hacer las cosas del mismo modo en que las gallinas picotean los granos. Hacen un poco en cada faena, para ser muchas a la vez. Pues, el blackjack es similar: se juga un rato en la mañana, otro al mediodía y otro tanto en la noche. ¿Resultado? Un juego parecido a la vida que llevamos los humanos. ¿Casualidad? Posiblemente no sea casualidad, sino que las cosas se ponen de moda porque comparten el zeitgeist de los tiempos (zeitgeist es un vocablo alemán usado para referirse al “espíritu de la época” o “espíritu de los tiempos”).

Quizás, en estos párrafos estamos haciendo mucha filosofía para hablar del blackjack. En dado caso, es innegable que es el juego de naipes predilecto en internet y que en casi todos los Smartphone se han descargado alguna vez una versión del blackjack online y gratuito.




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