20/07/2022

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Conspiraciones

¿Es verdad que el hombre llegó a la Luna o fue un montaje de la Nasa?

Las controversias proceden de cuestiones como la supuesta ondulación de la bandera de EE UU, imposible ya que en la Luna no hay viento.

¿Quién no ha escuchado que la llegada del hombre a la Luna fue en realidad un montaje organizado en un gran plató de Hollywood? Se trata de una de las teorías de conspiración más aceptadas.

Algunos detalles observados en las fotografías, realizadas por la NASA durante el Programa Apolo, sugieren que los alunizajes fueron en realidad montajes organizados (tal vez dirigidos por Stanley Kubrick) en un contexto de Guerra Fría en el que Estados Unidos tenía que hacer evidente su ventaja en la carrera espacial frente a los rusos.

Las controversias proceden de cuestiones como la supuesta ondulación de la bandera de EE UU, imposible ya que en la Luna no hay viento, su brillo en un entorno de total oscuridad, la no aparición de estrellas en las imágenes o la ausencia de secuelas en los astronautas que participaron en las misiones y que estuvieron expuestos a una gran radiación.

Sin embargo, toda la fuerza de estas acusaciones ha sido contestada con igual contundencia y muchas más pruebas mediante argumentos que las refutan con total credibilidad.

Los argumentos y contraargumentos

El movimiento de la bandera estadounidense

Los conspiranoicos aseguran que se aprecia claramente cómo la bandera ondea en algunas fotografías, algo imposible puesto que no hay viento en la Luna.

En realidad, en los vídeos se ve que la bandera queda completamente quieta poco después de que los astronautas dejan de moverla. Su aspecto arrugado se debe  al hecho de haber estado replegada durante el viaje. Además, una vez clavada se aprecia un mástil superior que la mantiene rígida.

La bandera siempre se ve bien

Otro argumento muy repetido es que la bandera y las palabras "United States" siempre brillan, cuando en realidad no deberían verse bien puesto que todo es oscuro a su alrededor.

Lo que sucede es que la superficie lunar refleja parte de la luz del Sol e ilumina las partes oscurecidas del módulo, cuyo material era además reflectante.

Nadie mejor que el filósofo David Hume, que se preguntó cómo sabemos qué es cierto y qué no lo es, para comprender por qué unas personas están convencidas de que los astronautas de la misión Apollo 11 llegaron a la Luna el 20 de julio de 1969 y otras personas están convencidas de que todo fue un montaje.

La primera opinión, ya se sabe, es dominante. La suscriben las agencias espaciales y sus gobiernos, la comunidad científica, los grandes medios de comunicación (entre ellos La Vanguardia) y la comparte una amplia mayoría de ciudadanos.

Pero la realidad no se decide por mayorías. Y los escépticos pueden argumentar que quien defiende que los astronautas llegaron a la luna tiene algún incentivo para hacerlo: las agencias espaciales para continuar su actividad, los astrónomos para ver financiados sus proyectos, los periodistas para publicar noticias, los gobiernos para que no se descubra el engaño… ¡Todos compinchados!


Los escépticos y los influencers que propagan teorías de la conspiración ofrecen incluso argumentos técnicos. Por ejemplo, si en la luna no hay viento, ¿cómo es posible que la bandera que Neil Armstrong y Buzz Aldrin presuntamente plantaron allí parezca estar ondeando en las fotos? ¿O cómo es que los astronautas no sufrieron daños por la radiación al cruzar los cinturones de Van Allen, que rodean la Tierra y concentran partículas cargadas de energía procedentes del sol?

Ante cada argumento de los escépticos, la NASA y la comunidad científica han replicado con explicaciones racionales. ¿La bandera? Precisamente porque en la Luna no hay viento, se puso una varilla horizontal en lo alto del mástil para mantenerla desplegada y, como la varilla no se extendió del todo, la bandera quedó arrugada como si estuviera ondeando. ¿La radiación? Los astronautas pasaron menos de dos horas entre los cinturones de Van Allen y viajaban en cápsulas que los protegían de las partículas ionizantes, de manera que estuvieron expuestos a una cantidad de radiación similar a la de una radiografía de tórax.

La NASA y la comunidad científica han aportado pruebas adicionales de que doce astronautas pisaron la luna en seis misiones del programa Apollo entre 1969 y 1972. Los instrumentos que quedaron en la superficie de la Luna, e incluso las huellas de los astronautas que no se han borrado por la falta de viento, fueron fotografiados cuatro décadas más tarde por la nave no tripulada Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), que sobrevoló la Luna en 2009. Dado que la LRO era una misión de la NASA, se puede objetar que era parte de la conspiración y que sus resultados no tienen valor.



 




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