25/01/2019

Tucumán

Los vecinos de San Cayetano están hartos de la inseguridad y el narcotráfico

Vecinos expresaron su descontento por las falencias de los servicios de seguridad y por la venta de droga en las inmediaciones. “Ya no es seguro, todos andan con armas”, dijo una habitante del barrio.
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Los vecinos de San Cayetano paralizados por la inseguridad.

Dos casos de tiroteos -con heridos y un muerto- se produjeron en el barrio San Cayetano en menos de 48 horas. Algunos vecinos consideran que las balaceras, la delincuencia y la droga son moneda de cambio en la zona.

Hubo quienes se negaron a dar sus identidades porque temen que se produzacan represalias. Un joven llamado Rubén, de 23 años, dijo que el barrio está “sumergido en el temor” y que los vecinos están siempre alertas puesto que “hay de todo”, por la inseguridad.

Aída Mabel Sánchez vive en la zona desde hace años junto a su familia, y contó que es precisamente el miedo quien reina en San Cayetano. Dijo que “ya no es seguro, todos andan con armas”. “(Los criminales) no respetan a los ancianos; y a las criaturas que van al colegio les sacan los celulares y las mochilas”, manifestó la mujer.

Ella expresó también que el negocio de estupefacientes es conocido por el vecindario. “Todos saben dónde venden droga”, declaró. Aseguró que la red de narcotráfico “está creciendo” y que desconocidos le habrían propuesto a algunos de sus familiares unirse a la venta de sustancias ilícitas. “A mi hijo le han ofrecido para que vendiera droga, y a mi hija también”, denunció. La mujer agregó que su familia es trabajadora y que residen en el lugar “sin meterse con nadie”. “Vos tenés que mirar y no tenés que decir nada; no podés apuntar con el dedo a nadie porque todos tienen armas”, explicó.

Aiída expresó también que está harta de la situación con la que convive en la zona, pero que no planea mudarse. “Ya estamos cansados pero no nos vamos de este lugar porque no tengo otro a dónde ir, lamentablemente”, finalizó.

Un electricista del barrio, Juan Antonio Delgado, vive en el lugar desde su nacimiento. “Ya no se puede salir”, reflexionó.

El hombre comparte la sospecha que tiene Aída sobre el conocimiento de los autores de delitos en el vecindario. “En la policía se conoce quienes son los que roban”. Sobre los criminales, agregó que “se ensañan con todos aquí en el barrio; son los mismos que tienen problemas con todos”.

Delgado alegó que la presencia policial es visible, pero que, sin embargo, no da abasto para cubrir las calles. “Así no se va a terminar nunca, parece una cadena, en todos los barrios es lo mismo”, sentenció.

Denunció que delincuentes habrían apedreado su casa tiempo atrás, y que en otra oportunidad había sido amenazado bajo la acusación de haber cometido un robo en el que no tenía relación alguna. “Yo trabajo y otros también; no los meto a todos en la misma bolsa”, fue su reflexión.

Agregó que las balaceras son una constante. “Todos los días hacen tiros: suenan y uno sabe qué calibre son”. Finalizó diciendo que “la droga está matando a todos; por tras de ello mueren personas que no tienen nada que ver”.

Roque Gálvez, defiende que, si bien él nunca ha sufrido incidentes, es común ver que sucedan robos y tiroteos. “Este barrio ha quedado marcado como una zona roja”, opinó. Agregó: “Salís hasta la esquina y no sabés si volvés; lo que no te ocurre en un año te ocurre en un segundo”. También comentó que “los taxistas no quieren entrar de noche”. ´Sin embargo, Roque considera que la población del barrio “es toda gente trabajadora” y que no es la que comete crímenes. “No son de acá: vienen a deambular por aquí, hacen lo que hacen y se van”, sospechó.

Gálvez apuntó también a las disfunciones de las fuerzas de seguridad. “La camioneta de la Policía viene y va, nada más; hacen la vista gorda” aseguró.

Confirmó haber escuchado tiroteos de forma diaria, y narró que, una vez, una bala perdida de una balacera a metros de su casa ingresó al domicilio y casi lastima a una de sus nietas. “Si la tocaba, la mataba”, aseveró.

Un vecino que pidió reservar su nombre, dijo que la delincuencia con la que se convive en el barrio tiene que ver con el mercado de estupefacientes. Aseguró que el barrio sabe clarito cual es la movida. Sobre las fuerzas de seguridad, completó diciendo que todo el día anda el móvil del (servicio de emergencias) 911 pero los agarran (a los criminales) y esa misma noche están saliendo. (lagaceta.com.ar)




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