02/10/2021

Opinión

Cómo debería ser el novio que consiga mi hija

Escribe Juan Manuel Aragón - (Especial para El Diario 24).
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Cómo debería ser el novio que consiga mi hija

Desde hace tiempo vengo pensando en una serie de consejos para el día que mi hija busque un novio. Si trae a alguien que no se adecua a mis admoniciones, lo más probable es que lo acepte lo mismo, pero al menos me permito entregarle estos lineamientos que supongo son de sentido común, que es como llamamos los viejos a nuestros pensamientos.

Lo primero que le diría es que se fije bien en el aspecto exterior. No puede ser buena persona alguien que sigue las modas de los futbolistas, de zapatillas blancas refulgentes todo el día, aritos, tatuajes y collar al cuello. No me parece que esté bien gastar fortunas en un peluquero, sólo para que le haga esos dibujos raros en la cabeza. Como se sabe, los hombres tienen tres cortes de pelo básicos, media americana, a la romana o “pasame la cero y terminemos rápido”.

Es decir, me gustaría para ella un hombre que no tenga en cuenta las modas para vestirse, actuar o pensar. Que sepa bien lo que quiere y para qué lado tiene que agarrar. No me gustaría uno de esos que todo el santo día andan ocupados en pensar en la última pilcha, el tatuaje de moda (sí, la tengo con el tatuaje, qué quiere, me da impresión), el arito para la oreja, la nariz, el pupo, las cejas, la mejilla o alguna parte de allá abajo (¡qué horror!).

Qué bueno sería que halle un muchacho que la ame, que se entiendan bien, que quiera lo mejor para ella, que la cuide y se deje cuidar y que en todo quiera obrar de acuerdo. No tengo pretensiones con el color de piel, el idioma, la religión, si es gordo, flaco, alto, bajo, rengo, patizambo y me banco hasta uno de River Plate, mire lo que le digo.

Cuando mi hija era niña yo soñaba para ella con un muchacho que hubiera leído los mismos libros que yo o, al menos en una línea parecida. Luego me dije que era mucho pedir y me dije: “Conque haya leído los mismos que ella, suficiente”. Al tiempo bajé mis humos y me conformé con uno que haya leído al menos un libro en su vida. Me hicieron ver que eso es difícil, así que volví a recortar mis fantasías y ahora me conformo con que sepa leer.

Pero últimamente, si sabe firmar, suficiente, qué tanto.

Juan Manuel Aragón

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