Por qué las ong no son ONG y todas son ong

La mejor manera de aprender es preguntar, sentencia vieja como candado de cementerio. Por eso, caminando por Tucumán, un buen día llego a un lugar, miro el cartel de la puerta y entro. A continuación, parte de la conversación con esa buena gente.

“Hola, buenos días”. “Buenos días, señor”. “¿Esto es la ong ´Fundación para el Desarrollo de Tucumán´?”. “Sí señor”. “Mire, vengo con una curiosidad, ¿qué quiere decir ong?”. “Organización no gubernamental”. “Ah, qué bien, como la mayoría, digamos”. “¿Cómo dice?”. “Digo, casi todas las organizaciones son no gubernamentales, por eso la aclaración es medio inútil, ¿no?”. “No le entiendo”.

Cuando llega esta parte la conversación casi siempre me empieza a gustar un poco más, sobre todo porque a la tontería de las palabras, los títulos y las frases sobreentendidas, uno les contrapone una lógica que, de tan pura, se convierte en inocente.

“Si usted sale a la calle, verá: enfrente de este local hay un kiosco, no depende del gobierno, vende de todo un poco, presumo, que está bien organizado: es entonces una organización no gubernamental, igual que casi todos los gremios, fábricas, iglesias, negocios, fincas y granjas y, uf un montón de entidades más”. “Bueno, pero esas no son ong”. “¿No?, explíqueme, ahora sí estoy perdido”. “Bueno, le cuento, una de las fuentes de financiamiento de nuestros proyectos es el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo”. “Disculpe, entonces son muy gubernamentales, le ganan hasta al gobierno de Tucumán”. “No señor, porque ese programa depende de la Organización de las Naciones Unidas”.

Llegado a este punto casi siempre me quiero enojar. Sobre todo cuando la gente no entiende que, en sus propias definiciones lleva encerrada una contradicción flagrante, casi de cajón. O me creen muy tonto.

“Oiga, ¿me toma por estúpido?”. “No señor, ¿por qué?”. “Porque a las Naciones Unidas las financian todos los gobiernos del mundo, es gubernamental hasta el caracú”. “Pero nosotros hacemos el bien a la gente”. “No me diga, lo mismo que el kiosco del frente: vende aspirinas y lapiceras que la gente necesita”. “Bueno, usamos el dinero del gobierno, es verdad, pero lo aplicamos mejorando la burocracia del gobierno”. “¡No me diga!, tienen oficinas,empleados, la luz, el café que está tomando, los muebles, todos son pagados por la Organización de las Naciones Unidas o el Gobierno de Tucumán, entonces ¿gastan más dinero en burocracia, solamente para decir que gastan menos?, la verdad, no entiendo nada”.

A esta altura del match, ya estoy algo aburrido, pero hay un asuntito más que no quiero que pase por alto. Entonces arremeto con una última cuestión, a ver si el ñato me da alguna respuesta, no digo plausible, pero sí al menos creíble.

“Oiga, una cosita más y lo dejo de embromar”. ¿Sí?, diga”. “¿Qué quiere decir ONG con mayúsculas?”. “Ya le he dicho, organización no gubernamental”. “Sí, me acuerdo, pero eso es una descripción, como si dijéramos bicicletas de carrera, no hay por qué decirles BDC”. “Oiga, ONG es una sigla”. “Puede ser, pero si usted dice supermercado Arturito, la palabra supermercado va con minúscula, porque no es parte del nombre, si escribiera ´SA´ para referirse al supermercado, la gente podría creer se está refiriendo a una sociedad anónima”. “No le entiendo”. “No me extraña, le digo si escribe presidente Fernández, presidente va con minúscula, no entiendo por qué escriben ONG Fundación para el Desarrollo”. “Es que eso es lo que es”. “Lo entiendo, amigo, lo que es, es, pero no estoy hablando de eso, sino del nombre de lo que es”.

Entonces el ñato me quiere embromar. Me dice, “espere, tengo una pregunta para usted”. Más o menos sé por dónde vendrá el asunto, así que lo dejo venir. Total, jugado por jugado, en cualquier momento podría perder la discusión y lo mismo lo escribiría aquí.

“Diga nomás”. “¿Usted sabe lo que nos costó conseguir el título de ong, para que usted ahora lo cuestione tan livianamente?”. “Es que la manera de escribir los títulos de la gente y los títulos mismos no le agregan nada, por lo menos desde la Asamblea del año XIII”. “¿Cómo dice?”. “Eso mismo, el presidente Donald Trump es hoy uno de los tipos más poderosos del mundo, y fijesé, lo escribí con minúscula, como corresponde, el mundo entero, el universo en su enormidad y magnificencia, también se escriben con minúsculas y estamos hablando de todo lo que existe”. “¿Usted cree que el título de ong no nos agrega nada?”. “Para mi es una denominación, al menos engañosa, usando argumentos del sentido común, pero si tiene otros, escríbalos aquí abajo, por favor, y seguimos la discusión en los comentarios”.

Juan Manuel Aragón                   

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