18/01/2020

Opinión

¡Que nos devuelvan las 12!

Escribe Juan Manuel Aragón - (Especial para El Diario 24, de San Maiquel of Tucumán)
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¡Que nos devuelvan las 12!

“¿Dónde has hecho las doce?”, preguntaba el abuelo cuando volvía a la siesta. “Hacer las doce”, era la manera de nombrar el almuerzo, cuando se lo hacía a esa hora. Es curioso, pero muchos argentinos pensamos en el mediodía, pero recién nos llega a la 1 de la tarde, momento en que la mayoría se pone a comer. Es un pequeño detalle que vale la pena (*) explorar.

La Argentina adhirió al sistema de husos horarios mundiales, en 1920. Así, durante la presidencia de Hipólito Yrigoyen quedamos en el huso horario menos 4. A la hora de Greenwich hay que restarle cuatro y se tiene la hora en todo el país, salvo una pequeñísima parte que estaría en el huso 5. Pero la falta de confianza de los políticos de entonces, hizo que unos años después, nos cambiemos al huso horario 3, que ni siquiera pasa por la Argentina.

¿Cómo es eso?

Cualquier ama de casa sabe que para gastar menos energía hay que usar más la luz del día y encender menos los focos. Pero los políticos desconfiaban, creían que no nos íbamos a dar cuenta, y no se les ocurrió mejor idea que cambiar la hora para todo el mundo.

Usted puede elegir el Presidente, los Senadores, los Diputados nacionales y provinciales, Gobernadores, Diputados provinciales, Intendentes, Concejales. Es decir, puede lo más. Pero no puede lo menos, que es cambiar el horario en que atenderá su verdulería, entonces le cambiaron el huso horario para que crea que es la hora que dicen ellos que es, pero no es.

Justo al mediodía, la hora en que el sol cae perpendicular a Tucumán, no son las 12 sino que es la una de la tarde. Esto, que lo sabe cualquier chico, los políticos lo ignoraban y decidieron que cualquier ley que dictaran era capaz de cambiar la realidad. Como quien dice, atrasaron el sol con el poder de la lapicera.

Ahora que todos se llenan la boca hablando de derechos de aquí, derechos de allá, bien podríamos hacer que se respete nuestro derecho a tener una hora decente y que, justo a las 12 sean las doce, que la medianoche sea la medianoche. Si nos devuelven la hora exacta, ya sabremos arreglarnos con nuestros horarios y buscar la diáfana luz del día para enhebrar una aguja, leer un libro con letra chiquita, despiojar a los párvulos.

©Juan Manuel Aragón

(*)Para los grandes asuntos de la humanidad están los filósofos, los grandes pensadores. Los periodistas nos ocupamos de los asuntos pequeños, la hora legal, las revoluciones, el precio del tomate, los motines en las cárceles, la temperatura que hará mañana, el análisis sesudo del Presupuesto de la Provincia, el número que salió en la quiniela.

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