21/01/2020

Opinión

Rugbiers asesinos: háganse cargo de una vez

Escribe Juan Manuel Aragón - Corresponsalía Santiago del Estero
Rugbiers asesinos: háganse cargo de una vez | El Diario 24 Ampliar (1 fotos)

Rugbiers asesinos: háganse cargo de una vez

El gallinero del rugby está consternado. Es un mundillo en el que caben solamente los privilegiados cuyos padres pagan la cuota de los clubes más caros de la ciudad. ¿Cualquiera puede jugar este deporte? Es cierto, cualquiera. ¿Hay clubes que aceptan que chicos que no son socios lo jueguen? También es cierto. Admitamos también, que es un ambiente en el que un chico del barrio La Bombilla no se sentiría cómodo, por decir lo menos.

Es curioso, si un panadero mata a una persona, nadie va a preguntar al gremio de los panaderos si sus integrantes son violentos. Es obvio que no se hacen asesinos por el uso de la maquina sobadora o la amasadora. Si un grupo de futbolistas mata a un chico, tampoco le van a averiguar a los entrenadores de fútbol si la culpa la tiene la gambeta o el penalti que cobró el árbitro o las charlas del vestuario.

Una piara de rugbistas mata a un chico y salen todos disparados a preguntar por los valores de este deporte. Entrenadores y clubes se ponen de acuerdo para tirar la pelota hacia afuera, “es la casa y el alcohol”, dicen. O aclaran que es un deporte “inclusivo”, como si ver rugbistas enseñando a jugarlo en las villas miseria, fuera cosa de todos los días.

Lo que muchos se preguntan en estas horas, no es por qué once jugadores de rugby mataron a un chico, sino por qué no lo hicieron los quince, en un deporte tan dulce, solidario, inclusivo y entrañable.

Siempre la culpa la tienen otros. “Es la crisis que atraviesa nuestra sociedad”, aseguran. Si es así, entonces se trata de un deporte que no inculca valores para corregir justamente, los males de la sociedad. O mienten quienes sostienen que en el rugby se enfatiza en la fraternidad. Lo que se ha visto es que hay fraternidad… entre ellos.

La reciente muerte de un chico, a manos de una patota de rugbistas, debería hacer que clubes, entrenadores, padres, jugadores, árbitros, hinchas, reflexionen sobre su propia actividad. Que sean conscientes de que los valores que tratan de infundir están mal inculcados.

No queremos que nuestros hijos deban cuidarse de esa gente marginal vestida con ropa de marca, peinada a la moda, que habla bien, va a colegios caros y asiste a clubes exclusivos. Ni que ante un crimen de sus dirigidos, sus responsables tiren la ovalada para afuera. Lo menos que esperamos es que reflexionen y digan “algo estamos haciendo mal”.

En dos palabras: háganse cargo.

©Juan Manuel Aragón

Leer más notas de Juan Manuel Aragón        




Recomienda esta nota: