Etimología de la palabra “quesero”

¿Qué es un quesero? Antes, cuando éramos chicos y jugábamos a la pelota le decíamos así al jugador que se mantenía cerca del arco contrario para aprovechar un pase y hacer gol. Jugábamos sin la ley del orsay, que establece que un jugador estáfuera de juego si está más cerca de la línea opuesta que el balón y el penúltimo adversario, lo que quiere decir que el jugador está más adelantado que todos los jugadores oponentes excepto uno (normalmente el arquero, pero no necesariamente).

El quesero no era un mal jugador, casi siempre era buen gambeteador, un talentoso, ¡báh!, pero en esos picados de barrio, se aprovechaba de que no había referí ni autoridad competente, para ubicarse casi siempre más adelantado que los contrarios y a la primera de cambio, enchufarles un gol.

Si se considera que cada equipo tenía uno o dos queseros, se compensaba por sí misma la falta de aplicación de una norma fundamental del fútbol, hecha, para evitar a esos aprovechadores del descuido ajeno. Ventajeros. Ahora bien, ¿de dónde viene la palabra o, mejor dicho, por qué se les decía queseros?

El tema fue propuesto una mañana de hace varios inviernos, en el viejo Barquito Bar, de Santiago del Estero, frente a la plaza Libertad, en una mesa que hoy sería imposible juntar de nuevo porque varios de sus integrantes miran crecer las margaritas desde abajo, creparon, es decir.

Mucha gente que pasa por el lugar dice que los parroquianos de los cafés del centro son unos vagos y razón no les falta, pero entre tanta charla insulsa, en ocasiones se dilucidan asuntos importantes, como en el ágora griega y se llega a conclusiones que quizás podrían figurar en los libros de Aristóteles, Platón o algunos de esos otros tíos, que también hacían sebo bajo la excusa de darse dique de filósofos.

Entre varias respuestas a la pregunta de los queseros, hubo una que fue la más plausible, teniendo en cuenta que se trata de una expresión santiagueña y quizás del norte también.

Y es la siguiente: Antes, en las casas del campo, se sacaba leche a las vacas y se hacían quesos que se dejaban estacionar en un zarzo hecho de cañas tacuaras. Ese zarzo estaba arriba, ¿entiende?, arriba, fuera del alcance de roedores, gallinas, perros y cristianos. El jugador que estaba arriba en la cancha, era el quesero.

Lo recuerdo bien, fue uno de los últimos días que trabajó Montero, eterno mozo del Barquito, porque después se jubiló y no apareció nunca más.

©Juanmanuelaragón

 Leer más notas de Juan Manuel Aragón