15/02/2020

Opinión

Una cosa que empieza con “gé”

Escribe Juan Manuel Aragón - (Especial para El Diario 24)
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Una cosa que empieza con “gé”

No ha sido escrita aún,la historia de Carlos Arturo Juárez y la provincia de Santiago del estero, entre 1949 y el 2003, ni por amigos ni por enemigos. Tarea ardua. Aquí van algunas anécdotas sobre ese tiempo, que podrían dar una pista a las nuevas generaciones sobre los secretos de un régimen que moldeó el carácter de mucha gente. Hubo  quienes  llegaron a sostener que esto era Macondo del Estero, por la obra  de Gabriel García Márquez ”Cien años de soledad”.

*** Quijotesco. En 1995, durante la última campaña electoral, que finalmente ganó Juárez, tuvo  una  idea brillante. Había sublemas, cada  uno con su nombre. Al suyo le puso “Cruzada Santiagueña”, se nombró a sí mismo como el “Quijote”,  que  saldría a presentar la batalla más brava de su vida y de las mujeres de  la rama femenina dijo  que  serían “Quijotes con falda”. Lejos de ser el hazmerreír de la sociedad, esa elección la ganó ampliamente, eso se enfrentaba con el  candidato de Juan  Shciaretti, a la sazón  interventor federal de la provincia y peso pesado del menemismo, que puso en su boleta a un anodino Enrique Bertolino. Luego, el ingenio popular  cambió el sexo  del Quijote y les puso las “Quijotas” a  las “chicas de la Rama”, como nombraban a las mujeres de la poderosísima Rama Femenina Justicialista por esos años.

*** Una cosa que empieza con ´g´. La conocida  letra de un vals de autor anónimo español dice: “Yo te daré, te daré niña hermosa, te daré una cosa, una cosa que yo sólo sé, ¡café”. El peronismo del año 45, lo transformó en: “Yo te daré, te daré patria hermosa, te daré una cosa, una cosa que empieza con ´p´, ¡Perón!”. En Santiago no faltaron los  chupamedias que le dieron una vuelta de tuerca más a la pegadiza música. Empezaban diciendo “yo te daré, te daré patria hermosa, te daré una cosa” y se detenían con perplejidad, las iniciales de Juárez  no rimaban, pero sin asustarse siguieron adelante y le metieron “una  cosa que empieza con ´ge´, ¡Juaré!”. Listo el pollo. Ni una maestra levantó el dedo para señalar el error. Fue “el hit musical” en la década  del 80 y 90.

*** Andanzas por la ciudad. Para  mantenerse en forma, todas  las mañanas  Juárez salía a caminar a paso vivo, una hora por la ciudad. Una vez llegó al Trust Pastelero, en el que había varios contertulios amanecidos. Juárez se detuvo a conversar unos minutos y creyendo  que era agua, bebió de un vaso.  “¡¡¡Puaaajjj…!!!, exclamó, ¡qué tomas a  esta hora de la mañana querido!!!”. El otro respondió “una ginebra doctor”. Nunca más volvió a tomar nada en sus salidas.

***  Inauguraciones. Durante la campaña política que llevó a la gobernación a César Eusebio Iturre, su sucesor, anunció  que inauguraría una obra por día. Pero después se entusiasmó y mostraba en la  tele que inauguraba hasta tres obras por día que, en algunos casos eran juegos infantiles que se iban trasladando de plaza en plaza por toda la provincia, la pintura de una escuela o el revoque en una comisaría. Los muchachos, que son malos y comentan, todavía recuerdan  a  un funcionario de la  provincia, a quien invitaron a quedarse un rato en el café.  “No puedo”, respondió.  “Por qué”, le averiguaron. “Porque si me ven quieto, viene Juárez  y me inaugura”.

***Pollo Crudo. Iturre, el delfín y sucesor de Juárez, lo primero que hizo una vez llegado a la gobernación, fue traicionarlo, como corresponde. Corría 1987, primeros días del 88, pongalé y el 95 por ciento de los que habían sido juaristas de toda la vida, se hicieron  iturristas de siempre y para siempre (forever jamás), algunos cobraron caro el pase, contado efectivo, obvio. Uno de los que cruzó el charco, lo pusieron de ministro de Bienestar Social, obviamos su nombre, pero como era blanco, cara redonda, narigón y de ojos medio saltones, le decían “Pollo crudo”. Bueno, cuando en el 95 regresó Juárez al poder, volvió al juarismo. Sin ponerse colorado explicaba: “Nos equivocamos con Iturre” y seguía tan campante. El caso es que un buen día Iturre se murió, pobre y prófugo, en Asunción del Paraguay. Muchos se hicieron los olvidadizos pero algunos iturristas publicaron avisos en el diario. Entre ellos salió una participación de “Pollo Crudo”.  ¿Qué hizo el muchacho? Sacó una nota desmintiendo el aviso. La gente todavía hoy se acuerda y le cuenta a los  hijos, a los nietos, aquel bochorno. Las nuevas generaciones  no creen, pero ahí está el archivo de El  Liberal, que no deja mentir.

*** El fallecimiento de Iturre. Cientos de leyendas  surgieron luego de la muerte del gobernador Iturre en su exilio secreto en el Paraguay. Luego de dejar la gobernación había sido electo diputado nacional, por lo que gozaba de fueros para defenderse de las múltiples acusaciones que le propinó el juarismo. Una semana  antes de dejar el cargo borraron sus huellas hombres adictos, que trabajaban en inteligencia, oriundos de La Banda, ciudad pegada a Santiago. De tal manera que cuando lo fueron a buscar, ya sin fueros, no lo hallaron. Dan vueltas varias teorías de cómo murió, algunas muy truculentas, pero sin pruebas. El caso es que a alguien se le ocurrió que debían velarlo en la Legislatura, por el cargo que había ocupado. El gobierno de la Provincia no lo permitió. Ni  la muerte hizo que le disculparan haber sido independiente como gobernador.

©Juan Manuel Aragón




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