Lugar común de Santiago: Ahora el clima es más húmedo, por el dique, ¿ha visto?

La primera vez que sentí a alguien decir que Santiago antes no era tan húmedo, habrá sido por 1970, cuando volvimos a la provincia, luego de haber vivido cinco años y pico en Jujuy. Me llamó la atención, porque a mi abuelo —asmático— y también algunos primos, el clima  de aquí les venía muy bien.

Al principio quizás habrá sido la percepción de unos cuantos, pero la expresión ganó cuerpo, y repetirla se hizo un lugar tan común en Santiago, que ha pasado a ser parte del acervo cultural de todos. Es una frase tan corriente como el “lo siento mucho” o “te acompaño en el sentimiento”, de los velorios, el  “qué caras que están las cosas” y “cómo ha subido  todo”, de la verdulería o el almacén o el “buenos días” a los vecinos. No importa que uno no lo sienta mucho sino más o menos, en el velorio, que no sepa nada de precios porque nunca compra verdura o que sea  un día de mierda para saludar al vecino.  Ya  está, son cosas que se han impuesto como las correctas para decir y llenar el silencio del aire.

Alguien se queja “pero qué calor, che” y siempre habrá  otro que le responda “y sí, Santiago antes no era tan húmedo”.

Si el clima había cambiado en 1970 y sigue cambiando ahora, 50 años después, deberíamos tener como mínimo, la misma humedad de Tucumán, un régimen de lluvia de, pongalé, 1.000 milímetros de precipitaciones anuales. Lo cierto es  que, al menos  en la capital nos mantenemos, desde siempre, en los 500 milímetros. En Las Termas, que está más cerca de Tucumán, llegan a  los 800 ú 850 milímetros y para el naciente, para el lado de Añatuya también llueve más, pero no ha variado su régimen desde tiempos inmemoriales.

Cuando preguntas por qué ahora es más húmeda la provincia,te quieren explicar que es por el dique de Las Termas.  Oiga, una leve brisa basta para llevarse toda la evaporación del lago en un instante. Entonces se defienden: “¿Y  los canales de riego?”.  Amigo, ya estaban cuando se hizo el dique de Río Hondo, así que no hable macanas. ¿Y el dique de Los Quiroga?, lo mismo, amigo, no le busque otra pata al gato, tiene cuatro.

Uno de estos días voy a escribir un libro sobre los lugares comunes de Santiago sobre el clima. Ahora no, porque es de siesta.  Y aquí la siesta es sagrada, ¿sabía?

©Juan Manuel Aragón