La pregunta de todos: ¿Qué se viene después del coronavirus?

Algunos seguramente están muy aburridos en su casa, agarran la máquina y se ponen a teclear. Como tienen todo el día, por ahí se les cruzan los cables y piensan asuntos como “el mundo que viene después de la pandemia será…” y a continuación dan rienda suelta a su imaginación, sin ningún fundamento serio, porque lo que viene sólo Dios lo sabe. Pero, puestos a teclear, imaginan cualquier cosa, para un lado o para el otro y llegan a conclusiones como “Es la hora del ciudadano”. Y uno se dice, “che, ¿pero no estábamos en esa hora desde 1983 o ese tipo sabe algo que ignoro? Otros escriben títulos como “El futuro de América Latina en tiempos del Covid-19” o “Esto es un ensayo, pasaremos los próximos 50 años así” o son más sutiles y largan títulos como “Tiempo de diseñar futuros”. Aclaro que estos titulares fueron extraídos de diarios de la Argentina de hoy, no me los imaginé (si no cree, ya sabe, recurra a san Google).

Puestos a ver, escribir futurología es más redituable que hacer historia. Se larga un bolazo, algo que va a ocurrir la semana que viene o dentro de cincuenta años y ya está. Total, con tooodo lo que viene pasando, dentro de una semana no se va a acordar nadie. Y dentro de cincuenta años el escrito yacerá sepultado entre quichicientos trillones de bits, el tío que lo largó no será ni ceniza de cenizas, usted quizás tampoco esté ahí para ver si tuvo razón; yo menos.

Para saber lo que no sabemos, a fin de año, siempre agarro las predicciones que hubo en el diciembre anterior. Ninguno la emboca. NI de cerca. Nadie vaticinó que habría una enfermedad que cruzaría el mundo de lado a lado: ni los que no saben nada, como adivinos chantas, ni los epidemiólogos más afamados del mundo.

Bueno, voy terminando el artículo, para no aburrirlo más. Y pregunto también, qué es lo que se viene cuando la peste se acabe. Bueno, para eso hay que recurrir al pasado, como siempre. Y mirar lo que decía San Agustín: “No hay tiempos mejores ni tiempos peores, seamos mejores nosotros y los tiempos serán mejores”.

Si lo quiere más clarito, agua.

©Juan Manuel Aragón