13/05/2020

Opinión

Cinco datos curiosos de la historia de la Argentina que capaz que no conoces

La fecha de Gardel y el documento de su madre. Aurelia, la de Sarmiento. El precio del aceite. Elpidio González, vendedor callejero de anilinas.
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Cinco datos curiosos de la historia de la Argentina que capaz que no conoces

1– Una curiosidad se da entre la fecha de fallecimiento de Carlos Gardel y el documento de su madre, Berthe Gardés. El “Zorzal Criollo” falleció el 24 de junio de 1935 (es decir 24/6/35), en Medellín, Colombia. El número del documento de identidad de su madre era 424.635.

2– Aurelia Vélez, hija de Dalmacio Vélez Sarsfield (redactor del Código Civil), se casó en 1853 con su primo Pedro Ortiz Vélez. El matrimonio duró ocho meses. Una noche, Pedro levantó la tapa de su reloj para consultar la hora y vio reflejada en el metal, la imagen de su esposa abrazando al secretario en el cuarto contiguo. Tomó un revólver y le pegó un tiro al hombre, que murió en el acto. Luego llevó a Aurelia a la casa de su padre y no la volvió a ver. Después, ella comenzó una intermitente relación de amante y colaboradora política de Domingo Sarmiento, que se prolongaría hasta la muerte del sanjuanino.

3– Se dice que durante la defensa de la ciudad de Buenos Aires frente a la Segunda Invasión Inglesa, en 1807, las mujeres arrojaron aceite hirviendo desde las azoteas de sus casas sobre los británicos. Sin embargo, es poco probable que haya sucedido por dos motivos: a) casi ninguna de las casas cerca de los combates tenían azoteas a la calle y b) el aceite era un producto muy costoso en esa época como para arrojarlo por la azotea. Sí se sabe que arrojaron sobre los invasores grasa hirviendo, agua caliente y todo objeto contundente que tuvieran a su alcance.

4 – La mayoría conoce la frase “chocolate por la noticia”, pero ¿de dónde viene? Su origen se remonte al tiempo de la colonia. En aquella época, las mujeres se juntaban en los templos para chusmear durante la misa. Los chismes más jugosos transmitidos por algunas esclavas o esclavos a sus amas, en ocasiones, eran recompensados con una taza de chocolate y por eso "chocolate por la noticia".

5 – Mi tata me contó esta historia que hallé, de nuevo, el otro día, escondida en un viejo libro que fuera suyo. A fines de la década del 30, cuando estaban demoliendo casas para abrir la avenida 9 de Julio, los obreros se toparon en una humilde pensión, con un hombre mayor y enfermo. El hombre pidió unos días hasta recuperarse y abandonar el lugar. Cuando dio su nombre, la demolición se interrumpió a la espera de instrucciones. Era Elpidio González, que había sido vicepresidente de Marcelo de Alvear, y ministro del Interior en la segunda presidencia de Yrigoyen. Pocos días después, el presidente Agustín Justo propuso al Congreso, otorgar una pensión vitalicia a los ex presidentes y vicepresidentes, y su iniciativa fue aprobada. Pero González rechazó los beneficios y continuó vendiendo anilinas para sobrevivir. La mañana del desalojo, el secretario de la Presidencia se le acercó y le entregó un sobre con dinero, enviado por Justo. Pero Gonzalez lo rechazó. Esa noche durmió en el viejo Hotel de los Inmigrantes. Dijo entonces; "Hay que servir a la Nación con desinterés personal, y después de disfrutar el honor de haber sido presidente o vice, no se puede exigir al Estado que nos mantenga con sueldos vitalicios". Falleció en 1951, en el Hospital Italiano, sin casa ni familia. Se le inundaban los ojos de agua a mi tata, cuando contaba la anécdota.

©Juan Manuel Aragón                   

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