04/08/2020

Opinión

Infectólogos: las estrellas más rutilantes de la televisión argentina

Escribe Juan Manuel Aragón - (Especial para El Diario 24)
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Infectólogos: las estrellas más rutilantes de la televisión argentina

Algunas conclusiones hemos extraído, como gente común y corriente sobre la primera pandemia del siglo XXI. Si usted es médico, científico o algo, la tiene bien clarita quizás, pero nosotros andamos desorientados como cebolla en ensalada de frutas, con todo el revoltijo de informaciones recibido. Veamos.

1 - No sabíamos nada. Pero de “Higiene y puericultura” de la secundaria, recordamos: eran epidemias cuando a todos les agarra sarampión en un pueblo, en una ciudad, en el país, endemias las enfermedades que duran sin ser erradicadas, como el chagas y posiblemente el dengue y pandemias cuando pasan las fronteras y se asientan en varios países. Eso solamente.

2 - Tampoco estamos seguros de a quién debemos creerle. Al principio los especialistas decían “no se preocupen, esta enfermedad mata lo mismo o menos, que la gripe ´a´”. ¿Tanto lío por eso?, se preguntaban muchos. Para otros, hasta su llegada a la Argentina iban a pasar varios meses, y por eso tranqui, ya vamos a ver qué hacer cuando llegue. Y los agoreros, todos vamos a morir.

3 - ¿El clima influye? El bicho se muere con la altas temperaturas avisaban. A la Florida, uno de los lugares más calurosos de Estados Unidos, llegó en verano, época de calor. A la Antártida todavía no la ha visitado, ahí el frío lo haría pegarse un festín de aquellos.

4 - Hecha la trampa, hecha la ley. Había quienes decían: “Los chinos primero te mandan el virus y después sacan la vacuna, ya van a ver”. Pero hasta ahora maimanta (“nada”, en quichua santiagueño) vacuna. Dicen: en Oxford han fabricado una y, si todo va bien, podría llegar a fines del año próximo. Otros informan que los rusos se empezarán a inocular masivamente en octubre. No falta el yeta haciéndonos creer que para la vacuna falta una enormidad. Como decía Argentino Luna: “Por hallarlo oferté plata, pero el poncho no aparece…”.

5 - Ya hartan. La propaganda moderna se basa en la repetición: cuantas más veces alguien lea “Tome Coca Cola”, más ganas tendrá de beberla. Bueno, la televisión argentina desde marzo no habla de otra cosa más que del coronavirus y los infectólogos son sus estrellas más rutilantes. Ya estamos recontra mil cansados de las noticias y contra—noticias sobre el coronavirus. Aparece uno y muchos cambian de canal, prefieren los Pitufos o los bodrios de History Channel, y no seguir oyendo lo mismo día tras día, lo mismo día tras día, lo mismo día tras día.

6 - Rebeldía pueril. Embolan los usuarios del barbijo por debajo de la nariz. Después, cuando los pille el coronavirus y desperdiguen en virus por todos lados, no digan: “Yo siempre lo usaba, no me explico cómo pude contagiar a todo el mundo”.

7 - Marche preso. Los santiagueños aprendimos de los mentirosos de pacotilla quienes dicen ser íntimos amigos del Gobernador y van a hacer echar del laburo a los policías que los detienen por haber violadola ley estando borrachos, son atrevidos o se tiran de quilomberitos. Igual fueron adentro, por estúpidos, por tontos.

8 - ¿”El” o “la” covid? En la Argentina se dice “el covid”, en otros países es “la”. Para la Real Academia avisa es indistinto; de yapa recuerda que se trata de un acrónimo “COrona VIrus Disease”. Traducido: “enfermedad del coronavirus”. En inglés es más fino. Es palabra de género ambiguo igual que el agua—la agua, el maratón—la maratón, el hojaldre—la hojaldre.

9 - Agregue usted sus desconciertos en los comentarios de la nota y a vuelta de correo podríamos tratarlos en profundidad.

Juan Manuel Aragón                   

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