16/02/2021

Opinión

Si llega la carne de plástico, me anoto para comerla

Escribe Juan Manuel Aragón - (Especial para El Diario 24)
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Si llega la carne de plástico, me anoto para comerla

¿Cómo le gusta la carne, magra, con grasita en los costados, blandita? Ya salió en Israel carne cultivada, no es vegana sino obtenida de células animales vivas. El clon del clon de una vaca. Dentro de poco no recurriremos a un ser vivo para comer carne: saldrá del laboratorio a la mesa.

No mataremos nada para mandarnos un buen asado a la parrilla y, quién te dice que no hagan también carne de cerdo, de oveja, de gallina, de cabra. Toda célula que camina va a parar al asador, será el lema.

O intentar mezclas raras. “Mozo, traigamé un bife mitad novillo, mitad cerdo, con un leve regusto a merluza, por favor”, pediremos. Será posible hacer combinaciones de sabores, texturas, aromas, colores. El invento terminará con la industria tradicional de la carne. No se precisarán grandes campos ni peones ni caballos ni alambrados ni sembrados de maíz, alfalfa, sorgo u otros yuyos.

En una de esas, con el tiempo, se hace muy barato fabricar carne en la casa y se termina con el dicho de Atahualpa: “Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”. El hambre en el mundo, ¡yupi!, ¡yupi!, será sólo un mal recuerdo. Cualquiera comprará un puñado de células de vaca en el mercado, los pondrá en una máquina y del otro lado saldrá lomo, costilla, nalga, chinchulín, riñón, matambre.

Es como todo, ¿ha visto?, las primeras máquinas salen carísimas, pero luego se abaratan y al final las tiene cualquiera. Recuerde: cuando aparecieron los relojes de bolsillo eran símbolos de opulencia, pero luego cualquiera compraba uno. Es posible que esta carne tenga un leve regusto a plástico, pero es parte del encanto de la modernidad. No sé usté, pero si la ofrecen a un precio módico, me anoto para comerla y convertirme en su primer fanático.

Juan Manuel Aragón                   

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