Opinión
Quién se cree mejor que Judas, quizás viva en el error
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Quién se cree mejor que Judas, quizás viva en el error
Ha pasado la Pascua de Resurrección, cuando cristianos de todo el mundo recuerdan la vida, pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Y desde hace varias semanas me vengo acordando de Judas, el entregador, por unas monedas de plata que quizás le hubieran cambiado la vida si después no se colgaba.
Pasaron más de veinte siglos y durante todo ese tiempo hemos sabido —algunos seguimos convencidos— de su estadía en el Infierno. Hay otros que, en su infinita comprensión del alma, quizás Diosito los perdonó, ya porque se arrepintieron a último momento o los mandó al Purgatorio, hasta que tuvieron derecho de reclamar su boleto de entrada al Cielo. Pero a Judas, ese maula, no.
El tipo había visto a un hombre justo, sabía de sus milagros y al haber oído su predicación, es casi seguro que se convenció, si no de su divinidad, al menos de que era alguien bueno, trayendo paz como nadie la había ofrecido antes. Si vivió con él, como los otros discípulos, disfrutó de otros episodios de la vida de Nuestro Señor, quizás no contados en los Evangelios.
Sin embargo, lo entrega y le dan unos buenos mangos por la delación. A veces pienso que talvez yo hubiera hecho lo mismo, sabiendo que detrás de las enseñanzas de ese hombre sólo había sacrificio para quienes las siguieran. Porque también hay que comer, ¿no?, y los hijos no almuerzan palabritas lindas sino pollo, fideo, arroz. En una de esas soy peor porque después ni siquiera me arrepiento.
Y sigo tan campante, como si nada.
