16/06/2021

Tucumán

Por qué no va a renunciar el juez de la “hostilidad inusitada”

Escribe Juan Manuel Aragón - Especial para El Diario 24
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El juez Orlando Velio Stoyanoff no va a renunciar porque está normalizada cualquier inconducta en Tucumán.

Una camioneta Toyota “Prado”, como la que maneja el juez Orlando Velio Stoyanoff, cuesta millones de pesos. Es el magistrado tucumano que se apeó de ese vehículo luego de un roce automovilístico con un motociclista, lo persiguió para patearlo, le levantó la moto y la estrelló contra el pavimento. Todo filmado por otro señor que iba en moto y a quien también quiso pegarle, por las dudas. Al grito de “¡Orli!”, un amigo intentaba detenerlo, sin éxito. El vídeo es exquisito, para quien guste de este tipo de arte.

En otros tiempos y por mucho menos, un juez presentaba la renuncia. “Orli”, en cambio, prefirió enviar un comunicado a la prensa pidiendo disculpas. Acto seguido, al contar los hechos, sostuvo que el otro lo había provocado, dando a entender que su reacción era justificada. La justicia del “ojo por ojo”, revivió en Tucumán, no por decisión de un matón de barrio, sino de todo un señor juez.

Las noticias acerca de la corrupción de Tucumán son tan escandalosas, que lo hecho por este muchacho se parece a una pelea, en el recreo, de dos alumnos de segundo grado “B”.

Sin ir más lejos, un Senador Nacional, acusado de haber tenido relaciones sexuales impropias y no consentidas con una sobrina, sigue en su cargo sin que a nadie se le mueva un pelo. Al tiempo hallan vacas ajenas en su campo y pretende que lo tengan como denunciante…¡en el mismo expediente en que es investigado! Y sigue firme en sus fueros, cual carmelita descalza en gracia de oración.

Pretender que “Orli” se arrepienta de lo hecho, ¡en Tucumán!, es no conocer esta provincia. La corrupción es tan visible que el diario en papel de mayor circulación, puso la noticia en la sección “Política”, en vez de mandarla a “Policiales”, como si un fuero extra judicial amparara su “hostilidad inusitada”, palabras suyas.

En otros tiempos los jueces debían ser y parecer honorables, ninguno se animaría a manejar un vehículo propio de magnates, ¡caramba!, eran jueces, ¿entiende? Qizá sea cierto que cada vez es más lejana la recuperación de los austeros valores republicanos que hicieron grande a Tucumán.

Juan Manuel Aragón                   

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