Opinión
EMBICHADO
A quienes les gustaría vivir en el campo no saben lo que dicen
Dices que quieres vivir en el campo, pero lo que en realidad te gusta es la idea de vivir allá, como un sueño inalcanzable, no como algo real y tangible. Imagina que vives en Horcón Caido, Chuña Sotreta, Pozo del Suri, no sé, por ahi, y debes levantarte a las 5 de la mañana para ir al trabajo, ¿tá?, bueno. Suena el despertador y te debes vestir en la obscuridad porque no hay electricidad. Ya estás vestido, sales al corredor y tienes que cruzar el patio hasta la cocina para encender el fuego.
Te cuento, la noche anterior has tapado con cenizas el último tizón; ahora, siempre en tinieblas, buscarás un fierro para destapar lo que queda de fuego y le agregarás leña chamiza para reavivarlo. Encima pondrás a calentar el agua en una pava, negra de hollín. ¿Listo?, andá a buscar agua para lavarte la cara y los dientes. Allá no hay una canilla llena, el agua se saca de un pozo o aljibe. Harás tus abluciones en un lavatorio o aljofaina enlozado.
Si no hay luna o está nublado, todo lo harás de memoria, no vale la pena que enciendas el mechero por tan poca cosa. Ya lavado volverás a la cocina, si el agua de la pava hirvió, debes ponerla en una cuarta a la que luego le agregarás la yerba y después colar la infusión en una taza. ¡Te has olvidado de lo principal! Vuelves a la casa a buscar una tortilla que tu mujer amasó anteayer, cuya corteza estará gomosa, pero a esa altura ya sabrás que pan fresco se come sólo dos o tres días a la semana, cuando lo hacen y está calentito.
Ojalá tengas una motocicleta, un auto, una camioneta, porque si vas de a caballo, el trabajo de pillarlo, ensillarlo y montarlo te llevará media hora más, con mucha suerte, viento a favor y el flete durmiendo al palo. No olvides que la moto en el campo gasta la transmisión a causa del polvo del camino, por lo que deberás cambiarla con más frecuencia que si vivieras en la ciudad. Además, hay que comprar la nafta en el pueblo, cuando hay, claro, algo que no sucede siempre.
¿Trabajas de peón en una finca? No te he contado cómo es inmovilizar un ternero de 120 kilos de peso para curarle el embichado, que son unos gusanitos blancos que se le hacen en un lastimado y que debes sacar con un palito, antes de ponerle el remedio para que no se le hagan más.
¿Dices que te gusta la vida de campo?, ¡sí che!, vení contame.
Juan Manuel Aragón