27/11/2022

Opinión

OPINIÓN

Contra el bullying militar

POR JORGE LUIS BERNETTI

Pocos días atrás el ministro de Defensa encabezó en el patio de honor del Colegio Militar de la Nación una solemne y muy poco frecuente ceremonia militar en la que se impuso el nombre de “Subteniente Matías Chirino” a la promoción 152 del CMN, egresada en diciembre pasado y a la que pertenecía Chirino. 

La ceremonia implicó una formación de jefes superiores, oficiales y cadetes con la presencia de los padres y una hermana de Chirino.

El subteniente Chirino era el oficial que murió hace pocas semanas luego de una denominada “ceremonia de iniciación” realizada en su primer destino militar en el Grupo de Artillería 3, en Paso de los Libres (Corrientes). Entonces fue forzado a ingerir vino y otras bebidas alcohólicas y murió pocas horas después.

La reacción del ministerio de Defensa fue ordenar, con el acompañamiento activo de la jefatura del Estado Mayor General del Ejército, el relevo y pase a disponibilidad de una decena de oficiales implicados en el grave episodio. El Ejército denunció el suceso a la Justicia Federal en aplicación de la ley que derogó -el 29 de agosto de 2008- por iniciativa del presidente Néstor Kirchner y gestión de la ministra de Defensa Nilda Garré, el Código de Justicia Militar y confió a la justicia civil en el fuero federal, el tratamiento de eventuales delitos penales cometidos en jurisdicción militar. 

Al tiempo que la ley 26394 estableció Consejos de Disciplina para juzgar las violaciones a las disposiciones específicamente militares. Uno de estos organismos juzgó la conducta de los militares apartados y, en una sanción ejemplar, los dio de baja de la institución.




Recomienda esta nota: