30/03/2023

Opinión

OPINIÓN

Dengue: ¿el problema es el mosquito?

Por Dr. Enrique Casanueva, para Télam.

Dicen que es silencioso y pica principalmente durante el día, pero puede picar durante la noche en zonas muy iluminadas. Es traicionero, ataca desde abajo o desde atrás, desde la parte inferior de los escritorios o sillas, y principalmente en los pies y tobillos. Se fue adaptando al frío y a la altura, y en Argentina se lo ha encontrado tanto en el centro de Buenos Aires como en La Pampa, Mendoza, San Juan, Neuquén o Río Negro.

Hablamos de Aedes aegypti que, además de Dengue, puede transmitir el Zika y la Fiebre Chikungunya. Vive cerca de nuestras casas. Cualquier recipiente capaz de acumular agua puede convertirse en un criadero -como floreros, portamacetas y las cubiertas de automóviles-. No se cría en charcos, zanjas, lagos, lagunas o ríos. Cuando son adultos los pastos altos le brindan humedad y alimento para sobrevivir mayor tiempo.

El dengue es un virus que puede afectar todas las edades de la vida. Los síntomas más frecuentes son fiebre, dolor de cabeza, dolor detrás de los ojos, dolores musculares y articulares, dolor de panza, erupción cutánea y manifestaciones hemorrágicas leves. Es importante que si tenemos síntomas evitemos que nos piquen mosquitos a fin de cortar la cadena de transmisión.

Si bien muchas personas no tienen síntomas o son muy leves, cuando se presenta alguno de ellos es necesario recurrir a la consulta médica. Una muestra de sangre puede confirmar el diagnóstico.

Los cuatro serotipos de dengue (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DEN-V 4) circulan a lo largo de las Américas, y en algunos casos circulan simultáneamente. La infección por un serotipo, seguida por otra infección con otro serotipo diferente aumenta el riesgo de una persona de padecer dengue grave o incluso morir.

Para solucionar un problema primero hay que reconocerlo. Nuestros hábitos pueden estar a favor de la solución o ser el problema. Para cambiar hábitos la información sola no es suficiente; es necesario pensar en positivo, aunque con una mirada realista.

La medida urgente es controlar los criaderos de mosquitos. Para eso es necesario: Vaciar piletas y recipientes con agua estancada, cacharros, macetas, marcos de ventana, canaletas, juguetes. Colocar boca abajo recipientes vacíos. Descacharrizar mediante la eliminación de latas, envases y objetos que no sean de utilidad y puedan almacenar agua. Tapar recipientes que no puedan ponerse boca abajo, como tanques de agua, piletas, etc. Mantener secas herramientas, posa macetas y marcos de ventana. Cambiar el agua cada dos días de floreros y bebederos. Limpiar y fregar bien fuerte los bordes de las piletas de lona.

Podemos protegernos de las picaduras con la utilización de ropa clara y de manga larga, y evitar la exposición en los horarios picos. Existen diferentes repelentes: El DEET (N N-diethyl-m.toluamida) es ampliamente utilizado y la protección depende de la concentración, protege al 10% durante 2/3 hs y al 25%, 6 hs. En los niños se recomienda que no superen el 30% de DEET y no deben utilizarse en menores de 2 meses de edad. Los repelentes ambientales eléctricos deben estar a más de 1,5 metros de donde duerme el niño y se debe evitar aquellos que producen humo en lugares cerrados.

Hay una vacuna autorizada por ANMAT pero sólo para ser utilizada en personas que ya tuvieron una infección previa y está contraindicada en personas seronegativas para dengue.

Si el problema es el mosquito, las fumigaciones pueden ser útiles en zonas con alta incidencia de casos, aunque solo eliminan a los mosquitos adultos y no las larvas. En Misiones se utilizan la liberación de mosquitos estériles, aunque sin resultados concluyentes.

Hoy, sin dudas, la medida más efectiva es eliminar los criaderos de mosquitos. Está a nuestro alcance y somos todos responsables de hacerlo.

Dr. Enrique Casanueva es docente de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y médico consultor del Servicio de Infectología Infantil del Hospital Universitario Austral.




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