01/09/2023

Opinión

Negacionismo climático en la transición energética: Una de las caras de la “nueva derecha” a nivel global

Argentina no es la excepción de un fenómeno político que emerge en distintos países del mundo. Escribe: Guillermo Usandivaras.

Temperaturas extremas, huracanes, sequías, inundaciones, incendios y pérdida de glaciares que comprometen la disponibilidad de agua dulce. El drama del calentamiento global y el cambio climático tiene a los combustibles fósiles representando más del 70 % del total de emisiones de gases globales de efecto invernadero y cerca del 90 % de todas las emisiones en dióxido de carbono causando gravísimos impactos en todo el mundo.

Mientras la humanidad está experimentando una transición hacia energías menos contaminantes también asistie al surgimiento de una “nueva derecha” a nivel global que une a extremistas religiosos con ultraliberales, políticos, científicos solitarios y grandes multinacionales. En esta amalgama conviven el negacionismo científico en general y el climático en particular entre otras características que lo diferencian de la derecha tradicional.

En algunos países de Europa se establece un vínculo entre clima y migración donde se vincula a la superpoblación en los países más pobres como una de las principales causas del daño medioambiental. Alemania asiste al progresivo avance de la extremista Alternativa para Alemania (AfD), que cuenta con varios negacionistas del clima entre sus miembros. En España, el partido populista de derecha, Vox, asegura que las referencias a la lucha contra las causas del cambio son utilizadas “para justificar postulados ideológicos progres” incluso sus representantes llegaron a afirmar que el calentamiento global podría reducir las muertes por frío.

Un caso emblemático del negacionismo climático fue la decisión de Donald Trump de retirar a su país del Acuerdo de París que planteaba limitar el aumento de la temperatura terrestre a 1,5 °C con respecto a niveles preindustriales. Para Trump la crisis climática era “un invento chino” e incluso inexplicable si se consideran las olas polares que azotaron al país en los últimos años. El negacionismo climático de Trump envalentonó en el Sur Global a ultraderechistas como Jair Bolsonaro y Javier Milei.

Milei expresó su creencia que “el calentamiento global es otra mentira socialista”, o que "los datos no lo validan porque el planeta ya tuvo picos de alta temperatura". Los puntos de vista de Milei sobre el cambio climático han sido ampliamente rebatidos por la evidencia presentada por la comunidad científica durante décadas.

Pese a negar el calentamiento global, Milei ganó en la Antártida, uno de los lugares del planeta donde más se hace visible esta problemática, con más del 60% de los votos.

También en Mendoza donde hace no mucho una enorme masa de mendocinos se movilizaron para cuidar el agua en contra de la megaminería. En su plataforma electoral nacional no se menciona el término cambio climático. En tanto que este año, Argentina perdió exportaciones por más de 20.000 millones de dólares como resultado de una sequía que es –indiscutiblemente- un subproducto del cambio climático.

No lo niegan porque están locos, lo niegan porque defienden intereses. El negacionismo climático afecta no solo a generaciones futuras sino también a los sectores más humildes de la sociedad. Quizás esta sea una oportunidad no solo para discutir y rebatir vagos argumentos sino también para replantear enfoques sobre la crisis medioambiental, robusteciendo a la política para enfrentar los desafíos corporativos, y fomentando aún más la participación ciudadana activa en la toma de decisiones.




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