03/02/2022

Opinión

El vudú, la estupidez y la falta de barriletes para volar

Escribe Juan Manuel Aragón - (Especial para El Diario 24)
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El vudú, la estupidez y la falta de barriletes para volar

Oiga, ¿oyó hablar de los zombis? Son muertos que vuelven a la vida según ritos mágicos del culto vudú de Haití, el país más subdesarrollado de América, con una pobreza espantosa, sin fuentes de trabajo, devastado por varios siglos de pésimos gobiernos.

Los norteamericanos los hicieron protagonistas de sus películas. Al parecer alguna entusiasmó a los chicos, y se empezaron a disfrazar como esos hombres a quienes supuestamente no es posible matar, simplemente porque ya están muertos. Casi siempre son los malos, caminan de forma rara y tienen el aspecto que se supone tienen los finados cuando los sacan del cajón.

También deberían tener un tufo que ¡puf!, pero esa parte no la pasan porque a cada espectador en el cine, a lo sumo siente el olor de sus pochoclos. También es difícil saber cómo caminan los muertos, pues uno supondría que tienen las coyunturas a la miseria. Pero es parte de la magia del cine que hace creer, por un rato, que es posible lo imposible.

Lo curioso es que alrededor de estas películas se ha formado una cultura zombi, con jóvenes y no tanto, que se visten como los personajes del cine y una vez al año salen a las calles de muchas ciudades de la Argentina y quizás del mundo, a mostrar sus trajes carnavalescos. Oiga, una cultura de Haití, pasa refrita, lavada, reformada y adaptada al cine norteamericano y al llegar a la Argentina es casi una religión. Qué cosa, amigo.

Es evidente: a parte de la juventud, le entusiasma la muerte en alguna de las formas que propone la modernidad por medio del cine, la tele, internet. Quizás sea porque de niños no jugaron a las bolitas ni hicieron volar barriletes, entre otros juegos que los alejaban de tanta basura gestada en los estudios de Hollywood para volvernos más masa de lo que somos. Más estúpidos.




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