06/02/2022

Opinión

Los pajaritos cantan desde el tiempo de Cornelio Saavedra

Por: Juan Manuel Aragón
Escribe Juan Manuel Aragón - (Especial para El Diario 24)
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Los pajaritos cantan desde el tiempo de Cornelio Saavedra. La imagen de la felicidad en Corea del Norte.

Qué hermoso es estar a favor de las causas bienhechoras de la humanidad, sin ningún “pero”, ni un “sin embargo”, porque todos somos lindos, tenemos una coartada para nuestros crímenes. Qué lindo justificar todo, saltar y brincar, andar por los aires y moverse con mucho donaire.

¡Fuera malos pensamientos!, somos maravillosos: jóvenes y viejos, gordos y flacos, porteños y rosarinos, altos y petisos, deportistas e intelectuales, ladrones y policías, religiosos y ateos, boquenses y riverplatenses, verdugos y condenados. A todos vayan nuestros saludos amables, nuestras flores y, sobre la comprensión de la felicidad, ja, ja, ja, já, de sentir amor, jor, jor, jor, jor.

La vida es hermosa, los amigos nunca fallan, los esposos jamás se engañan, los autos siempre arrancan, el lavarropas funciona, los profesores odian aplazar a los alumnos, la zanahoria hervida es riquísima, las comadres no hablan mal de nadie, la vida nos sonríe, los pajaritos cantan, la vieja se levanta, que sí, que no, que caiga un chaparrón arriba del colchón, ¡viva!, ¡viva!, festejemos la vida. ¿Cómo?: saber que se puede, querer que se pueda, quitarse los miedos, sacarlos afuera. ¿Vé?, es fácil.

Para qué criticar si es tan lindo hablar bien de todos, pongamos diarios para dar buenas noticias, aplaudamos el bien y no hablemos del mal, así todos están conformes. Demos opciones, mostremos el camino, seamos proactivos y por favor, hablemos a favor del cambio,es una realidad de nuestros tiempos.

Si ha llegado hasta aquí y no siente asco por tanta frase hecha, entonces se lo decimos: intentamos no ser estúpidos. Si el periodismo fuera solamente buenas noticias, seríamos Corea del Norte desde el tiempo de Cornelio Saavedra, con un solo ñato acogotándonos todos los días. Lo tendríamos merecido por mentecatos, sandios y por ser tontamente biempensantes también. Por no decir otra cosa.




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