19/11/2022

Argentina

OPINIÓN

San Clemente: entrada a la Costa y a la fe popular

Por Lucas Schaerer

Mundo Marino es emblema de San Clemente. Desde hace años arriban más los micros en las puertas del oceanario, pegado al sencillo puerto de pescadores artesanales, que a la terminal de la primera localidad de la Costa Atlántica. La atracción de la única orca en cautiverio de América del Sur creó la mayor empresa local y centro de poder de la zona.

Sin embargo, la fe estuvo primero. Su nombre lo demuestra. San Clemente Romano, obispo de Roma y tercer sucesor de San Pedro, lleva el nombre de la localidad de extensas playas que une las aguas dulces y marrones del Río de la Plata, con las bravas olas de agua salada.

Julio Aguiar, párroco de la iglesia San Clemente Romano, fue designado hace un par de años en esta localidad por el obispo Carlos Malfa.

Desde entonces puso la iglesia en salida siguiendo los lineamientos del magisterio del Papa Francisco que enfoca la misión en las periferias sociales y existenciales. Por ello que en la semana de la Fiesta Patronal ya realizó misas en el centro de jubilados, como en el Refugio de asistencia canina "Chichos", en el hospital local, en un centro cultural solidario, y la adoración del santísimo sacramento con concierto de guitarra en la parroquia.

El momento más emotivo fue este jueves 17, por la mañana, en la periferia, y con los jóvenes. En la zona del Puerto y barrio "San Martín", zona norte de la ciudad donde vive la fuerza de trabajo de la temporada de verano; allí, desde hace 54 años, las familias pueden enviar a sus hijos a la escuela parroquial Ceferino Namuncura. Rodeados de grandes eucaliptos, refugio de cotorras, unos cincuenta chicos de nivel primario participaron de la misa que celebró el cura Aguiar. Fue una misa interactuada. 

Uno de los estudiantes respondió una pregunta con la palabra clave: "capilla". Porque la comunidad parroquial aceptó la iniciativa del Movimiento Misioneros se Francisco, de construir junto a la escuela, la casa de Dios. "Así como ustedes tienen aulas para estudiar y una casa para vivir en familia. Dios quiere un lugar para el encuentro con ustedes los estudiantes, para las familias de estas barriadas y para todos los visitantes que pasan por aquí (es una zona transitada por el camino de ingreso a la Reserva Ecológica y las termas)", dijo el sacerdote.

La misa terminó con los chicos caminando con un estandarte de San Francisco de Asís y Santa Clara de un lado, y Ceferino del otro, y con cruces en las manos (realizados artesanalmente por vecinas) yendo a la esquina del predio de la escuela rodeada de perfumados eucaliptos. 

Allí el cura volcó agua bendita, mostró el ladrillo bendecido que va iniciar la construcción de la casa de Dios y se rezaron un Padre Nuestro con un Ave María para hacer realidad el sueño de una capilla de puertas abiertas, que llevará el nombre de Ceferino Namuncura.

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