14/06/2021

Tucumán

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El juez Stoyanoff Isas pidió disculpas, pero pedirán juicio político luego del violento incidente en Yerba Buena

Emitió un comunicado sobre el incidente que protagonizó el viernes con un motociclista y que fue difundido a través de un video que se volvió viral.

El juez Orlando Velio Stoyanoff Isas, titular del Juzgado Civil en Familia y Sucesiones de IV nominación, emitió un comunicado sobre el incidente que protagonizó el viernes en Yerba Buena con un motociclista, y que fue difundido a través de un video que se volvió viral. Pidió disculpas, pero le pedirán juicio político.


Hoy ingresa una denuncia dirigida al presidente del Colegio de Abogados de Tucumán, Dr. Rodolfo Gilli, en contra del juez Stoyanoff Isas luego de que el magistrado protagonizara el incidente. Esta denuncia está realizada por el abogado Gustavo Morales y solicitó la urgente intervención de la comisión de juicio político de esta entidad.

Como señala el letrado denunciante, las inconductas flagrantes exhibidas por el juez que se desempeña como titular del Juzgado Civil en Familia y Sucesiones no pueden ser pasadas por alto.


Pedido de disculpas

“Corresponde ofrecer disculpas, las que extiendo sin condicionantes ni potenciales. En primer término las brindo, a manos llenas, al señor Azán y su familia (a quienes no conozco), con quien penosamente vivimos los hechos referidos. Me disculpo igualmente con mi familia toda y las personas que me aprecian y conocen, pero muy especialmente con mis hijas e hijo, porque ellos se han visto innecesariamente afectados, ya que lo ocurrido no solo se difundió, sino que además ocurrió con una carga de hostilidad inusitada. Ofrezco también las excusas del caso a la comunidad judicial a la que pertenezco y me debo, como asimismo a la comunidad universitaria de la que soy un activo miembro. Finalmente me excuso con la comunidad en general, al ser un funcionario constitucional”, indicó el juez.

“Solo para dar contexto adecuado a lo sucedido, me explico: no existió ningún choque (nadie embistió al otro); el suceso tuvo lugar en otra calle y tampoco hubo de mi parte amenazas. Cuando regresaba a mi domicilio el viernes y transitaba por avenida Aconquija, hacia el oeste, se cruza en mi camino una motocicleta que circulaba imprudentemente en igual sentido. Al carecer de espejos no podía ver que le pedía paso, por lo que debí tocar mi bocina para que advierta que pensaba sobrepasarlo. De haberme cedido el paso (como correspondía), todo hubiera concluido allí. Pero el conductor profirió una considerable cantidad de insultos y epítetos hacia mi persona, sin conceder el paso. Ello provocó mi reacción por lo que terminamos detenidos ambos (sin que medie colisión) en la intersección de avenida Aconquija y calle Venezuela, en donde se verificaron los hechos que tomaron estado público. Ambos nos agredimos y nos dijimos cosas. Lo que yo hice quedó registrado en el video que trascendió. Pero lo que motivó mi enardecida reacción es que el motociclista, previamente, rompió a patadas una óptica; con su puño, un espejo retrovisor, y finalmente la luneta trasera mi vehículo. Por ello (como puede verse en la filmación) levanté su moto (que ya estaba en el suelo) y la arrojé al piso”.

“Lo dicho solo explica lo ocurrido, pero de ninguna manera lo justifica, ni pretendo hacerlo -añadió-. Nada justifica la violencia, y parte de mi trabajo está íntimamente vinculada con esa triste faz del ser humano. Si no reconociera mi error, no solo me desacredito como magistrado, sino que también empaño la dedicada labor de todas las personas con quienes trabajo diariamente, y dan todo su esfuerzo”.

“Como comunidad nos hemos acostumbrado a vivir mal, al margen de elementales reglas de respeto y convivencia. A diario vemos situaciones similares: choferes sin casco; tres o más ocupantes; falta de luces; ausencia de identificación. Ponen en riesgo sus propias vidas y la integridad de terceros; su conducta temeraria repercute necesariamente en una afectación al sistema de salud pública, al de seguridad, y al servicio de justicia. Dejan a familiares deudos, y si no llegan a fallecer, hipotecan la vida de sus seres queridos, cuando deben ser asistidos de por vida a causa de las lesiones irreversibles que padecen. Y mientras tanto, la comunidad en general y las autoridades competentes miran a un costado”, cerró.




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