Opinión
El debate bobo sobre la utilidad de las vacunas
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El debate bobo sobre la utilidad de las vacunas
Hay polémicas saldadas, solucionadas, eran parte del pasado. Como las vacunas. Quién va a seguir discutiendo si sirven, si no, si son eficaces, si salvan vidas o todo es un fraude, por favor. Hasta médicos hay, que no se muestran seguros a la hora de recomendar la vacuna contra el coronavirus a sus pacientes.
Son espíritus pobres, niegan la redondez de la Tierra, los viajes del hombre al espacio, sólo porque no han ido. Tampoco fueron jamás a Nueva York y creen en su existencia, no tienen idea de cómo funciona una heladera, sin embargo, el hielo no les parece magia. Su mundo es una suma de conspiraciones, todas intentando negar lo evidente.
Verdad de Perogrullo, cada uno es dueño de sus propias creencias. El problema es la machacona militancia de una idea peregrina, sembrando la duda en millones de personas que, eventualmente, podrían ser y fueron víctimas de su prédica.
Publicaron en las redes de internet cuanta incomprobable teoría anti científica andaba dando vueltas por el caótico mundo de la nube cibernética, no se informaron debidamente, pidieron difusión para sus falsedades, se alegraron cuando hubo un retraso en las fases de prueba de los laboratorios, discutieron con argumentos pueriles con quien los enfrentara y pusieron de evidencia su ignorancia, sin importarles quedar cual descerebrados caprichosos frente a todo el mundo.
Lo digo ahora, aunque sea tarde, debieron quedarse callados. Como hace cualquiera cuando no sabe de qué va la conversación. No hay obligación de opinar de todo. Nadie nos va a decir ignorantes si confesamos que creemos en la ciencia y no ponemos en duda las noticias de los diarios. Además, ¿con qué necesidad salieron a hablar?, ¿quién los manda? ¿porqué arriesgaron un veredicto? Respuesta: son pobres bobos convencidos de una importancia que no tienen.
