16/01/2018

El mundo

Misa de Francisco en Chile: "Es necesario vencer a las mezquindades y ambiciones”

El Sumo Pontífice católico habló ante más de 400 mil personas en el Parque O'Higgins de Santiago y se refirió a las bienaventuranzas. "Nacen del corazón compasivo de Jesús", "del corazón misericordioso que no se cansa de esperar. Y experimenta que la esperanza es el nuevo día", declaró.

El papa Francisco ofició esta mañana su primera misa masiva en tierras chilenas, a las que arribó el lunes. El Sumo Pontífice celebró la Misa por la Paz y la Justicia en el Parque O'Higgins de Santiago, segundo parque público más grande del país, que toma su nombre de uno de los padres fundadores de las naciones y se extiende sobre 770 mil metros cuadrados. Según las autoridades, para la misa del Papa hubo unos 400 mil fieles presentes.


En su homilía, Francisco afirmó: "Las bienaventuranzas no nacen de una actitud pasiva frente a la realidad, ni de los profetas de desventuras, ni de los que prometen la felicidad con un click. Las bienaventuranzas nacen del corazón compasivo de Jesús". También se refirió al pueblo chileno y cómo logró levantarse cada vez que fue castigado. "¡Cuánto conoce el corazón chileno de levantarse!", expresó.


Luego siguió hablando de las bienaventuranzas, y dijo: "No salen de actitudes criticonas, ni de la palabra barata de aquellos que creen saberlo todo y no se comprometen con nadie. Nacen del corazón misericordioso que no se cansa de esperar. Y experimenta que la esperanza es el nuevo día".


Bergoglio, que ha llegado a bordo del ’papamóvil’ sin capota, ha sido recibido con canciones, dirigidas por el padre Carlos Srarravazal, director de Radio María Chile, que ha tomado el puesto de párroco en el Sagrado Corazón, donde estaba el padre Fernando Karadima, el potente sacerdote considerado culpable de abusos a menores.


“Las bienaventuranzas –ha dicho Francisco- no nacen de actitudes criticonas ni de la «palabrería barata» de aquellos que creen saberlo todo pero no se quieren comprometer con nada ni con nadie, y terminan así bloqueando toda posibilidad de generar procesos de transformación y reconstrucción en nuestras comunidades, en nuestras vidas”.




El Papa ha explicado que Jesús, “al decirle bienaventurado al pobre, al que ha llorado, al afligido, al paciente, al que ha perdonado... viene a extirpar la inmovilidad paralizante del que cree que las cosas no pueden cambiar, del que ha dejado de creer en el poder transformador de Dios Padre y en sus hermanos, especialmente en sus hermanos más frágiles, en sus hermanos descartados”.


Y agregó: "Las bienaventuranzas son ese nuevo día para todos los que siguen apostando al futuro. ¡Qué bien nos hace pensar que Jesús viene a decirnos bienaventurados!". "Jesús nos dice: ´Felices aquellos que se esfuerzan por no sembrar división´. Las bienaventuranzas nos hacen partícipes de paz. Felices lo que trabajan para que otros puedan tener una vida dichosa".


Francisco repite que el Evangelio pide no resignarse. “Frente a la resignación que como un murmullo grosero socava nuestros lazos vitales y nos divide, Jesús nos dice: bienaventurados los que se comprometen por la reconciliación. Felices aquellos que son capaces de ensuciarse las manos y trabajar para que otros vivan en paz. Felices aquellos que se esfuerzan por no sembrar división. ¿Quieres dicha? ¿Quieres felicidad? Felices los que trabajan para que otros puedan tener una vida dichosa. ¿Quieres paz?, trabaja por la paz”.


Bergoglio ha añadido que no puede no evocar el “gran pastor” Raúl Silva Henríquez, cardenal arzobispo de Santiago en los últimos años de la dictadura de Pinochet, el cual decía: “Si quieres la paz, trabaja por la justicia… Y si alguien nos pregunta: ¿qué es la justicia? o si acaso consiste solamente en “no robar”, le diremos que existe otra justicia: la que exige que cada hombre sea tratado como hombre”.


"Sembrar la paz a golpe de proximidad, a golpe de vecindad, a golpe de salir de casa y mirar rostros. Esta es la única manera que tenemos de tejer un futuro de paz. El trabajador de la paz sabe que muchas veces es necesario vencer grandes mesquindades. Sabe que no alcanza con decir ´no le hago mal a nadie´. Está muy mal no hacer el bien. Construir la paz es un proceso que hace ver a mi vecino hijo de esta tierra", concluyó en su homilía.


Más temprano, en el Palacio de La Moneda, el Papa dijo que era "justo pedir perdón" y que sentía "dolor y vergüenza" ante el "daño irreparable" causado a los niños víctimas de abusos sexuales por parte del clero chileno, en el discurso a las autoridades en el primer acto de su visita a este país.


"Y aquí no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia", señaló desde el palacio de La Moneda.


Francisco subrayó que siente alegría de poder estar nuevamente en suelo latinoamericano. "Chile ha sabido hospedarme en mi juventud. Gracias señora presidenta por estas palabras de bienvenida. Quiero abrazar al pueblo chileno", comenzó.


"Agradezco la presencia de los miembros del gobierno. Saludo al presidente electo, aquí presente, el señor Sebastián Piñera. Chile se ha destacado en las últimas décadas por el desarrollo de una democracia que le ha permitido un sostenido progreso", subrayó.


Y agregó: "Cada generación ha de ser suyas las luchas y los logros de las generaciones pasadas. El bien, el amor, la justicia y la solidaridad han de ser conquistados cada día. No hay que conformarse con lo logrado en el pasado. Muchos hermanos nuestros sufren situaciones de injusticia que nos reclaman a todos". (Infobae; lastampa.it)




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