15/12/2018

El mundo

Se vivió otra jornada de furia en medio de un París ardiente

Por quinto sábado consecutivo, los "chalecos amarillos" salieron a las calles de la capital francesa para protestar contra el alza de costo de vida.
Se vivió otra jornada de furia en medio de un París ardiente | El Diario 24 Ampliar (1 fotos)

Paris arde en otra jornada de chalecos amarillos.

de manifestantes arropados con chalecos amarillos salieron el sábado a las calles de París, por quinto sábado consecutivo, para protestar contra el elevado costo de la vida y exigir la renuncia del presidente, Emmanuel Macron, pese a que el mandatario anunció la suspensión de parte de sus polémicas reformas esta semana.

Una vez más, la celebre avenida de los Campos Elíseos vivió momentos de tensión entre manifestantes y fuerzas de seguridad, que emplearon gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.

De momento, 95 personas fueron arrestadas, de las cuales 63 permanecen detenidas, según informaron fuentes policiales.Una cifra en baja con respecto a los más 500 detenciones realizadas al mismo momento el pasado sábado.

Un hecho que se explica por una menor convocatoria en las calles parisinas, donde salieron menos de 3.000 manifestantes, frente a los 10.000 de la semana pasada.

El gobierno volvió a desplegar un fuerte dispositivo de seguridad en la capital francesa, con 8.000 policías movilizados, 14 vehículos blindados y la reintroducción de unidades de choque en motocicleta, que habían sido prohibidas en 1986 tras la muerte de un manifestante.En total, 69.000 miembros de las fuerzas de seguridad fueron movilizados en todo el país.

Una de las imágenes de la jornada fue protagonizada por un grupo de mujeres que posaron semidesnudas vestidas de Marianne -uno de los símbolos de la República francesa- frente a los agentes desplegados en los Campos Elíseos.

Mientras que la otra imagen fuerte tuvo lugar frente a la ópera Garnier, en el centro de la ciudad, reportó la agencia de noticias DPA.

Allí, cientos de manifestantes se arrodillaron y cruzaron las manos detrás de la cabeza, en alusión a la detención masiva de estudiantes que protestaron contra las reformas educativas y bloquearon sus centros de enseñanza.

Con esta nueva jornada de movilización, los denominados chalecos amarillos, un movimiento ciudadano nacido en rechazo al alza de los combustibles y que ahora aglutina el malestar general hacia las políticas de Macron, continúa su pulsada contra el gobierno.

Esta semana, varios miembros del Ejecutivo habían pedido la suspensión de las protestas después de que cuatro personas murieran en un atentado perpetrado el martes en el mercado navideño de la ciudad de Estrasburgo.

El propio Macron apeló ayer a la calma, el orden y la vuelta a la normalidad y pidió a los manifestantes que se sumen a un debate nacional que prometió abarcará numerosas cuestiones políticas.

Tras desoír los reclamos durante semanas, el gobernante galo terminó cediendo el pasado lunes al anunciar un paquete de medidas que incluyen partidas extras para los trabajadores con menos ingresos, así como exenciones tributarias sobre las horas extras y algunas pensiones.

Días antes, el gobierno ya había accedido a suspender durante un tiempo la prevista subida del impuesto a los carburantes, medida que motivó en origen las protestas.




Recomienda esta nota: