29/07/2020

Argentina

ESCÁNDALO

VIDEO: Silvia Martínez Cassina rompió el silencio: "Me hostigan porque no me callo"

La conductora del noticiero de El Trece, desplazada por algunos reclamos al aire, aseguró que en su gremio, los delegados no son "gordos atornillados".

La periodista Silvia Martínez Cassina rompió el silencio después de haber sido desplazada del noticiero de El Trece, en medio de una polémica por un reclamo de paritarias y la situación de las mujeres en la empresa, con una mirada crítica desde su posición de representante gremial de SIPREBA. Esta mañana dio una entrevista en el programa Alerta Spoiler. Éstos son los fragmentos más importantes:


“La verdad que recibí un montón de muestras de solidaridad, apoyo y reconocimiento. Es muy reconfortante y nos tiene que hacer reflexionar, adentro y afuera del canal. Y nos da visibilidad, porque lo que no mostramos no existe, pero lo que mostramos y saturamos parece desbordar nuestra realidad. Así que es importante visibilizarlos y no naturalizarlos.

Desde lo profesional yo cuestiono mi trabajo, mi oficio, mis preguntas y repreguntas que no hago. Mi función gremial surge de una gran insatisfacción: no puedo ejercer mi función como quiero.

Fue un camino difícil construir un espacio de representación gremial, de reclamos de derechos, de democracia sindical, en una empresa que históricamente obtura derechos y persigue a sus delegados. Clarín ha echado comisiones internas enteras en el diario Clarín y a nosotros nos ha hecho candidatos.

Lo que me pasa a mí tiene q ver con un hostigamiento porque no me callo. Pero si ustedes ven en la grilla son muchas y muchos quienes son desplazados, que no salen, o pasan a la madrugada o los fines de semana. Y otra parte que no se ve, los que no están en cámara, productores, asistentes, los chicos de la mesa de entrada, es impresionante. Yo porque soy una cara visible. Mi obligación es no callarme.

Si yo hoy tengo esta visibilidad, apoyo y confianza de mis compañeros. Fui reelegida en diciembre como delegada y trato de ser coherente con lo que quiero. También tiene que ver con que represento un sindicato nuevo. En el Sipreba los delegados son laburantes. Estamos en los lugares de laburo y en las calles. No somos gordos que estamos atornillados.

Defendemos derechos laborales pero también contenidos periodísticos. Durante años no tuvimos representación en el canal. Pero yo insisto: reunirte en una asamblea, firmar un petitorio, poder hablar con los delegados, es un derecho. Es un ejercicio y una conquista permanente. La libertad no nos la regalan. Incluso en un medio de comunicación que se rasga las vestiduras hablando de “libertad de expresión”.


No podés no ser feminista. Yo venía de una educación tradicional. El objetivo de mi madre era ser madre y después ser abuela. Pero también tengo recuerdo de ella como una peleadora. El feminismo es la igualdad de derechos, de las mujeres, las diversidades, de los géneros. Mis hijos me reeducan todo el tiempo.

¿Por qué elegí está carrera? Por mandato iba a ser maestra. Un “trabajo cómodo para una mujer” decían, ahora vez cómo laburan el triple, aunque alguna vez alguien dijo que “trabajaban 4 horas y tenían 3 meses de vacaciones”. Una presidenta, y después una gobernadora. Siempre bastardeando el trabajo y el esfuerzo. Lo mismo en las “amas de casa”.

Dije: no sigo el mandato pero quiero hacer algo. De meterme a estudiar periodismo, que era por ahí, y entender el periodismo como un servicio, no como un negocio. Perdimos el objetivo y la esencia. Las nuevas generaciones dicen “aggiornate”, eso es el rating, el minuto a minuto. Y esto es una autocrítica. Todo atenta contra el ejercicio y a precarizarnos”.

Hay un estatuto del periodista que es ley, y tenemos un convenio colectivo que no es un privilegio como decía Hernán Lombardi. Es un derecho. Nos precariza, nos bastardean. A mi me desplazaron, no me echaron. Estoy sentadita pero no calladita. Estoy ahí desde 1997. Lo que estoy pidiendo es que se me restituya la función que ejercí.

¿En qué me pueden ayudar? Diría en qué nos podemos ayudar todos. En no tener miedo, en no callarnos. En acompañar, en levantar la mirada. Conocer nuestros derechos, para defenderlos. Las mujeres estamos más precarizadas todavía, porque algunas somos jefas de hogar, las tareas de cuidados. Por eso tenemos que seguir luchando nuestros derechos.

También el Colectivo de periodistas argentinas se ha solidarizado. Tenemos un rol fundamental y es lo que genera esto. Ojalá sirva para que cambie. Y como le decía a una compañera que me escribió por privado: esto no depende de la empresa, depende de nosotras”. Si queremos cambios que queden estables y para siempre tenemos que comprometernos con la acción de directa.




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