07/01/2017

Tucumán

Un ladrón fue atacado por un pitbull cuando entró a una casa: le amputaron el brazo

Luego de varios intentos por salvarle el miembro, los médicos del Padilla llevaron al hombre de 25 años al quirófano, donde le amputaron la extremidad.

Un ladrón se encuentra internado en el hospital Padilla con una custodia policial tras ser atacado por un perro de raza pitbull en una vivienda de La Costanera. Por las fuertes agresiones que sufrió, los médicos tuvieron que amputarle un brazo. Los vecinos de la zona están cansados de sufrir robos.


El hecho ocurrió el 29 de diciembre en el barrio La Costanera. Luego de saltar por algunos techos, el hombre, de 25 años de edad, decidió entrar a una casa de la autopista de Circunvalación al 200. Allí no estaban los dueños pero sí el perro de la vivienda. Apenas vio al intruso, el animal se le fue encima y le clavó sus dentelladas en el cuello y las piernas. Pero la mordida más terrible fue la que le aplicó en el brazo derecho, un poco más arriba del codo. Desde ese día, los médicos intentaron salvarle el miembro. Pero, este jueves, los especialistas decidieron que la única opción era amputarle el brazo.


Según se informó, fueron los dueños de la casa quienes llamaron al servicio de emergencias. Mientras una ambulancia se lleva al herido hasta el hospital, las víctimas realizaron la denuncia, que recayó en el último día de turno de la fiscalía X°. Desde la Justicia, se pidió su detención por “tentativa de hurto con escalamiento” y otros delitos. Por este motivo, siempre hay cerca de él un efectivo de la Policía. Cuando le den el alta, una patrulla lo llevará hasta la comisaría 11°, lugar en que quedará alojado.


En la cuadra, ninguna de las casas tiene carteles con la numeración, reveló La Gaceta. De hecho, muchos de los propietarios no están seguros de cuál es el número de su vivienda. Al ser consultados, los vecinos responden lo mismo: “no, aquí no pasó nada de eso”. Incluso, lo dijeron en las pocas casas que tienen perros de esa raza.


Lo que quedó claro es el terror de los vecinos ante los ladrones. De hecho, los pocos que dieron su nombre de pila desistieron de dar a conocer su apellido. “Nadie le va a decir nada, eso sería mandarse en cana (sic) solo. ¿Quién va a querer que la familia del ladrón los agreda o les mate el perro?”, aseguró un empleado de un taller mecánico.


Dos agentes de la Motorizada del 911 y otros dos de Patrulleros coincidieron con el vecino. “Hace una hora que estamos buscando una moto que le robaron a un hombre en la autopista y no conseguimos ni un sólo dato, ni un sólo testigo que nos diga algo”, se quejaron.


Los vecinos aseguran que la delincuencia del barrio La Costanera se debe principalmente al grave problema que existe allí con la adicción al paco de los jóvenes. Se trata de una de las zonas donde más trabajan las Madres del Pañuelo Negro para recuperarlos.




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