28/06/2018

Argentina

Según la UCA, el 48,1% de los niños argentinos son pobres

De acuerdo con el último informe del Observatorio de la Deuda Social, la pobreza infantil reveló un incremento del 2,1% entre el 2016 y el 2017: más de 8,2 millones de chicos. De ellos, un tercio debe asistir a comedores comunitarios para alimentarse.
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Desde el 2015 se registra una tendencia escalonada en ascenso que tendería a agravarse.

El último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) refleja que entre el 2016 y el 2017 la pobreza infantil pasó del 60,4% al 62,5%, es decir, creció un 2,1%. Esto implica que hoy en la Argentina hay 8 millones de niños con algún tipo de privación en su vida diaria.


El documento revela que el 48,1 por ciento de los niños y niñas de la Argentina vive en condiciones de pobreza y que un tercio de ellos debe asistir a comedores comunitarios para alimentarse. La investigación ilustra los efectos de las políticas de endeudamiento, ajuste y despidos de Cambiemos en el sector más vulnerable de la sociedad, la infancia, y precisa además que solo el 38,5 recibe los 1577 pesos que el Gobierno les da en concepto de la Asignación Universal por Hijo (AUH).


La situación de los menores de 0 a 17 años se agravó el año pasado en nuestro país y la tendencia indica que esto se mantendrá o que se agravará. No sólo ello. Si se toman los datos más actualizados de la UCA con una muestra más abarcativa del último trimestre del 2017 se observa que la intensidad de privaciones en los menores llegó al 65%.


Mediante esta última muestra actualizada, el informe señala que ya no son 8 millones de chicos privados de algún derecho sino que estos pasan a ser 8.255.000 en todo el país.


El Barómetro de Deuda Social de la Infancia de la UCA, cuyo adelanto fue publicado por varios matutinos, destacó que el 28,1 vive en hogares con necesidades básicas insatisfechas y que, como consecuencia de ello, el 33,8 por ciento desayuna, almuerza y merienda en comedores escolares o de organizaciones barriales.


Este número señala que durante el último año hubo un aumento de casi 8 puntos en la cantidad de chicos y chicas que deben acudir a organizaciones educativas y sociales, que son las mismas que a diario se movilizan hasta distintos organismos del Estado en demanda de un aumento de subsidios y creación de puestos de trabajo. La mayoría de ellas integra el espacio que a finales de mayo pasado organizó la Marcha Federal que demandó la sanción de la postergada ley de emergencia alimentaria.


El estudio de la UCA realizado tras un relevamiento en 5700 conglomerados urbanos precisó también que los chicos y chicas de hasta 17 años que viven en situación de indigencia alcanza al 10,2 por ciento medidos en términos de ingresos de sus familias, y que el 22,5 vive en condiciones de hacinamiento.


En cuanto al hábitat, el Barómetro de Deuda Social de la Infancia reveló 51,3 por ciento de los niños, niñas y adolescentes de todo el país vive barrios con severos índices de contaminación ambiental y problemas de saneamiento. La zona más afectada es el Conurbano bonaerense, donde la pobreza llega al 54,2 por ciento.


Respecto de la salud, los números también encienden las alertas. El 80,9 por ciento de los chicos de los sectores más vulnerables solo puede atenderse en hospitales públicos y la salitas barriales por las cuales los gremios de médicos y enfermeros reclaman mayor financiamiento.


En lo que se refiere a educación, el relevamiento destacó que el 49 por ciento de los alumnos de las escuelas públicas no accede o dejó de acceder a las nuevas tecnologías. Al respecto cabe recordar que el presidente Mauricio Macri decretó el mes pasado el cierre del programa Conectar Igualdad, que durante el gobierno anterior proveyó de netbooks gratuitas y contenidos digitales a 5 millones de estudiantes de toda la Argentina.


Se estima que en el tercer trimestre de 2017, 1 de cada 10 niños residió en hogares vulnerables en términos de acceso a los alimentos. Desde el 2015 se registra una tendencia escalonada en ascenso en esta variable. Esta vulnerabilidad en el campo alimentario trepa al 18% en la infancia pobre en términos monetarios, 14% en la población que recibe asistencia económica por parte del Estado, y 14% en el Conurbano Bonaerense.


Los datos concretos señalan que hay un 10,4% de los chicos en todo el país que pasa hambre, mientras que un 5,8% no recibió alimentación directa.


"El ascenso en la incidencia se detuvo en el último período interanual entre los beneficiarios de transferencias de ingresos, lo cual indica la importancia de su existencia y los límites de la misma para erradicar el problema", dijo al sitio Infobae Ianina Tuñon, coordinadora del estudio. Es decir, la ampliación de la AUH pudo haber ayudado a bajar los problemas alimentarios de los niños por mayor ingreso en el hogar, pero los problemas estructurales de pobreza medidos por vivienda, salud o alimentación empeoraron. (PáginaI12; Infobae)




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