El Gobierno agotó el 73% del presupuesto de alimentos mientras la pobreza sigue creciendo

Dicen que el dinero no garantiza la felicidad, pero sí puede ser de ayuda. En el caso de la partida presupuestaria destinada a alimentos, por más que se amplíe y se acelere el gasto, incluso con la implementación de una versión mejorada del "plan platita", no es suficiente para combatir la pobreza en momentos de alta inflación. 

Durante la primera mitad del año, el Gobierno ya ha utilizado el 72,6% del presupuesto asignado al Ministerio de Desarrollo Social para todo el año. En otras palabras, en tan solo el 50% del año se ha gastado casi el 73% de los fondos previstos para 2023.

Para visualizarlo de otra manera, si se tenía una cantidad de dinero de $100 para todo el año, deberían quedar $50 para la segunda mitad del año. Sin embargo, cuando la ministra Victoria Tolosa Paz revisa las reservas, solo encuentra $27. Si a esto le sumamos la inflación de los alimentos, que consume el dinero actual, podemos decir que la excandidata a gobernadora cuenta con recursos muy limitados para hacer frente a la situación. 

Necesitará más fondos. Según los registros públicos del Ministerio de Economía, la funcionaria ha firmado cheques por un total de $327.784 millones. Dentro de la partida presupuestaria denominada genéricamente "Políticas Alimentarias", la prestación Alimentar es la principal, la cual anteriormente era una tarjeta precargada para comprar en supermercados, a excepción del alcohol. 

Además, gran parte del dinero se destina a organizaciones sociales para que gestionen los numerosos comedores. Uno de los economistas que sigue de cerca este ámbito es Martín González-Rozada, profesor y director de la Maestría en Econometría de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), y responsable del Centro de Investigación en Finanzas (CIF).

Según el indicador que monitorea la evolución de este sector, se estima que durante el primer semestre del año, la canasta básica total promedio en la región del Gran Buenos Aires (GBA) alcanzó los $63.985 por adulto equivalente, lo cual representa un aumento interanual del 115,2%. Asimismo, se proyecta un incremento interanual del 87,5% en el ingreso total familiar promedio para el semestre.

Con base en estos datos y utilizando la simulación de los datos detallados de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del primer y segundo trimestre de 2023, se ha calculado la tasa de pobreza proyectada. Según el "nowcast", se estima que esta tasa será del 43% para el periodo de enero a junio de 2023. 

La incidencia proyectada es un promedio ponderado de una tasa de pobreza estimada en 40,3% para el primer trimestre de 2023 y 45,5% para el segundo trimestre de este año", se explica en el artículo. 

Es importante destacar este número. Según la proyección del economista, el semestre finalizará con una tasa de pobreza del 45,5%, una cifra impactante en cualquier contexto y más aún cuando el Ministro de Economía, Sergio Massa, quien es el principal responsable de la política económica y busca ser elegido presidente. 

Es una rareza más en los fenómenos electorales de Argentina. Al examinar el total de ejecución presupuestaria del Ministerio de Desarrollo Social, se observa que, si bien se ha gastado en exceso, el desequilibrio en la asignación de alimentos se compensa con partidas que tienen una baja ejecución. De hecho, algunos programas ni siquiera han comenzado a gastarse.

Para junio, los beneficiarios de la Tarjeta Alimentar, después del aumento del 35% otorgado en mayo, podrán recibir un pago adicional mensual de hasta $34.000, junto con otros programas como la Asignación Universal por Hijo (AUH). Al finalizar julio y liquidar el mes actual, la cartera de la actual candidata a diputada habrá utilizado el 80% de su presupuesto. 

Es probable que se dirija al Palacio de Hacienda para solicitar un aumento en las partidas presupuestarias, y Massa, en campaña, se lo otorgará. A esto se le conoce como el "plan platita". 

Ahora bien, los economistas que siguen el gasto también observan el dinero disponible, al igual que los líderes de las organizaciones sociales. Ellos perciben que no es suficiente y, como están acostumbrados a protestar, lo harán. La Avenida 9 de Julio se convertirá en un "piquetódromo".