01/04/2018

Tucumán

Política

En Tucumán Cambiemos tiene mucho ruido y pocos votos

La virulenta interna de la coalición se desató ante la falta de referentes del PRO. Los radicales se pelean todos contra todos mientras Alfaro mira y no se siente parte.
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¿Quién tomará la posta de Cambiemos en Tucumán?

La interna de Cambiemos en Tucumán es un fenómeno que debe estar desconcertando a politólogos, analistas, sociológos y cualquier rama de las disciplinas humanistas. Los principales protagonistas están enfrescados en una disputa en el que todos quieren ser el uno al tiempo que ni uno parece querer ser parte del todo en la puja 2019 de la que saldrá el nuevo gobernador de la provincia.

Formalmente, la alianza gobernante a nivel nacional, tiene como principal partido al PRO. Pero en la realidad tucumana la Unión Cívica Radical (UCR) es la que institucionalmente lidera el espacio. El PRO prácticamente solo se reserva el derecho a veto de la mano de Pablo Walter, un bussista asimilado, que integra la mesa nacional del partido amarillo.

Por lo demás, la oferta electoral genuina no entusiasma a nadie. Ni Facundo Garretón ni "Tito" Colombres Garmendia, los máximos exponentes institucionales del PRO, tienen peso como para emprender la cruzada de desalojar al eternizado peronismo del poder provincial. En ese marco, Alfonso Prat-Gay decidió desembarcar y ofrecerse como líder de un espacio que se ve vacío.

Pero el ex ministro del dólar a $16 "si hacemos las cosas mal" llegó a la provincia en la soledad más absoluta y con el dólar arriba de $20. Dicen los que merodean los pasillos de la Casa Rosada que ni siquiera cuenta con el aval de Marcos Peña, amo y señor del reparto de la bolsa política e impulsor del principio de teñir de amarillo puro el gobierno de Mauricio Macri.

Así las cosas, cobra relevancia el papel de la UCR en la alianza. Pero la oferta radical es bastante pobre. Dispersos y a los manotazos no logran construir un liderazgo. José Cano sigue considerándose como el líder del partido mientras se niega a asumir que tiene el record casi inimitable de haber perdido todas las elecciones en las que se presentó.

Todos los cargos a los que accedió por elecciones fueron en caracter de segundo. Y el único lugar importante que le dio Macri fue la titularidad de un Plan Belgrano que aparecía en las promesas con un presupuesto de 5 mil millones de dólares y que se convirtió en una dependencia colocadora de carteles de obras inexistentes.

Mirando a los costados, Cano se obstina en echarle la culpa de su propio fracaso a algunos de sus colaboradores sin lograr entender que solamente fue un instrumento del PRO mientras parecía que podía disputarle el poder al peronismo. Fracasada la operación "fraude" de 2015, que fue su principal aporte a la campaña de Macri, y disipado el humo del Plan Belgrano, en 2017 lo sentaron en una silla del montón. Como bonus track, Marcos Peña no lo mira con simpatía.

Los otros radicales que aparecen en el horizonte son o se hacen. Silvia Elías de Pérez quiere presentarse ante la sociedad como la "Dama de Hierro" cuando, por ahora, es de hojalata. Mariano Campero encabeza un municipio que tiene más problemas que manzanas urbanizadas. Roberto Sánchez hace lo que puede en Concepción sin dejar de confesar en la intimidad que los "suyos" son peores que los que desalojó. Por su parte, el tándem Ariel García-Fernando Valdez, se entretiene cascotéandole el rancho a Cano.

Mientras tanto, la pata más importante de -la por ahora coalición- Cambiemos, irónicamente es peronista. Germán Alfaro, intendente de San Miguel de Tucumán es quien más votos aporta y quien más poder territorial demostró en 2017. Y justamente quien mejor preparado está y quien más poder político concentra no está dispuesto a encabezar un espacio que por abajo de él será un griterío insoportable. O al menos eso dicen. ©ElDiario24

 

 




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