08/05/2023

Argentina

Economía

Precios acordados: ¿Qué productos se quedan fuera?

Los productos frescos, un dolor de cabeza para el control de la inflación en el primer semestre del año.

En un momento en que los acuerdos de precios parecen estar en todas partes en la economía argentina, es importante recordar que estos acuerdos no siempre se traducen en precios más bajos para el consumidor. 

Este es especialmente el caso en las verdulerías y carnicerías, donde la mayoría de los productos frescos se venden sin regulaciones, lo que agrega presión al bolsillo del consumidor.

Según la consultora LCG, la inflación promedio de los alimentos fue del 8,1% en las cuatro semanas de abril. Las verduras y frutas registraron un aumento del 16%, las carnes del 10,5% y los panificados del 7,8%. Según Matías De Luca, economista de la firma, si las carnes hubieran aumentado en la última semana como el resto de los alimentos, la inflación mensual de los alimentos habría sido del 7%.

El atraso en los precios de las carnes se debe a la sequía que ha aumentado la oferta de cabezas de ganado. 

Acordaron los precios de la canasta de frutas y verduras de estación

En el caso de las frutas y verduras, se ha producido un cambio de situación. Durante el frío, su ritmo de aumento ha disminuido, según explica Mariano Winograd, productor, minorista y abastecedor del mercado de frutas y verduras. 

Los precios de los cítricos que habían sido muy altos durante el verano han bajado, mientras que el precio del tomate y las hortalizas de hoja es razonable. Solo la batata podría tener un precio alto debido a la falta de producción causada por la sequía, dice Winograd.

Sin embargo, el productor reconoce que todavía existen "problemas habituales" como la inflación en general y el aumento del dólar paralelo en las últimas semanas, que aunque no tiene un impacto directo, causa incertidumbre. Además, hay "falta de insumos debido al problema de la indisponibilidad de divisas", y se espera que en las próximas semanas suban los precios de los servicios y el transporte.

En el caso de los panificados, el precio del kilo de pan en la provincia de Buenos Aires ha aumentado un 15% en abril, alcanzando los $600. Gastón Mora, presidente del Centro de Panaderos de Avellaneda, explica que la industria está totalmente ligada a lo que suceda con el dólar. 

Según Mora, la harina cotiza en dólares, al igual que los derivados del aceite, el combustible y las tarifas. Por lo tanto, toda la industria de panadería está afectada por la fluctuación del dólar, que en abril alcanzó un máximo de $500 en el mercado paralelo.

Los productos frescos no solo se ven afectados por el dólar, sino también por las condiciones climáticas. Pablo Vernengo, director ejecutivo de Economías Regionales de CAME, explica que en el caso de las verduras y las frutas, hubo una combinación de heladas tardías y una ola de calor en marzo. Además, la sequía afecta a gran parte de las producciones lácteas debido a la falta de pasto.

"Además, hay aumentos constantes en los costos, como la energía, el gasoil, las cubiertas y todos los insumos, como fertilizantes, semillas y agroquímicos, que están dolarizados. Algunos insumos agrícolas se venden al tipo de cambio paralelo, y las producciones que se exportan reciben un dólar oficial menos las retenciones. En resumen, es un conjunto de factores complicados", resume Vernengo.

Mientras que los precios de otros alimentos estaban subiendo, los precios de las carnes se mantuvieron estables e incluso bajaron en algunas semanas, lo que resultó en una brecha del 10% con respecto a otros alimentos. Sin embargo, el economista señala que ahora la brecha se ha cerrado y se encuentra en torno al 3%.

Por qué es imposible controlar el precio de los productos frescos

El gobierno ha anunciado una renovación de los Precios Justos para frutas y verduras, que ofrece precios asequibles, aunque solo está disponible en los supermercados del Área Metropolitana de Buenos Aires. 

Según Vernengo, experto en el tema, hay muchos comercios minoristas y verdulerías que generalmente son monotributistas y se abastecen de un mayorista. Toda la cadena incrementa los precios desde el origen hasta el destino, con muchos costos ocultos.

El experto indica que solo un tercio de las frutas y verduras que se consumen se compran en supermercados. Además, hay mucha informalidad en el sector debido a la baja rentabilidad, y hay una intermediación muy parasitaria que se lleva la renta. Como consumidores, en algunos productos, pagamos hasta seis veces más de lo que se le paga al productor en frutas y hortalizas. Así concluye Vernengo.




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