02/03/2021

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El "Pulga" Rodríguez contó algunas anécdotas cuando Maradona lo llamó para la Selección

El delantero contó en una entrevista cómo vivió aquella citación a la Selección del Diez.

Alguna vez, en el pasado, Luis Miguel Rodríguez contó que Diego Maradona fue su gran ídolo desde chico. También que cuando se enteró que lo había convocado para la Selección Argentina pensó que lo estaban cargando y que hasta tuvo que pedir ayuda para que le indiquen cómo llegar al Predio de la AFA en Ezeiza.
El Pulga recordó en una entrevista los momentos que vivió con el Diez en el 2009, cuando fue citado para jugar unos amistosos (disputó más de 30 minutos ante Ghana), también destacó qué le quedó pendiente y remarcó el dolor que le provocó la muerte de Diego. 

Alguna vez, en el pasado, Luis Miguel Rodríguez contó que Diego Maradona fue su gran ídolo desde chico. También que cuando se enteró de que lo había convocado para la Selección Argentina pensó que lo estaban cargando y que hasta tuvo que pedir ayuda para que le indiquen cómo llegar al Predio de la AFA en Ezeiza.

"El Pulga" recordó en una entrevista los momentos que vivió con el Diez en el 2009, cuando fue citado para jugar unos amistosos (disputó más de 30 minutos ante Ghana), también destacó qué le quedó pendiente y remarcó el dolor que le provocó la muerte de Diego. 


-¿Cómo es que te llame Maradona para la Selección?

-Siempre digo que llegar a la Selección es el premio que busca todo jugador y lo mío fue una alegría doble, porque llegué a la Selección y con el Diego. Me acuerdo el primer día, cuando entró, yo no lo había visto nunca personalmente, y se me apareció de atrás y me dijo: “¿Qué hacés Pulga, cómo andas? ¿Todo bien?”. Y yo no podía conjugar dos palabras. Él se dio cuenta, charló dos minutos y se fue… -¿Y no volviste a hablar? Algo de fútbol aunque sea… -Sí, en una práctica le estábamos pateando tiros libres a Diego Pozo con Nico Gaitán y se acercó. “Está mal armada la barrera”, tiró. Y Pozo le decía que no. Pateó y se la clavó en un ángulo: “viste que estaba mal armada”. Al rato pateó de nuevo y se la clavó otra vez. Y nos dijo que sigamos practicando… Agarramos los botines y nos fuimos a bañar, qué vamos a practicar, a pasar vergüenza, je.


-¿Y con el tiempo lo volviste a cruzar a Maradona?

-No, no hablé más. Me quedó pendiente sacarme una foto, pero no daba, él era el técnico. Sí me hice un cuadro en mi casa con una foto de un entrenamiento que estoy parando la pelota y él está parado atrás… Pero es la única que tengo.


-¿Qué te pasó cuando te enteraste de su fallecimiento?

-Fue un golpe duro. Yo no lloro nunca, pero ese día lloré… Creo que le habrá pasado al 90% de los argentinos, o por lo menos a los que somos futboleros y sabemos lo que fue Diego. Y ahí lo primero que pensé fue el final, cómo habrá sido todo. Viste que queda el último momento. Queda eso de decir: “Che loco, ¿estuvo bien cuidado? ¿Estaba feliz?”. El día de su cumpleaños que lo llevaron a la cancha se vio que no estaba bien… Diego era un espontáneo. Lo que sentía, en el momento, lo decía y no tenía problemas. Y ahí ya no era lo mismo, ya no era el Diego…



-¿Puede ser en algún momento el Pulga intendente de Simoca?

- No sé después del fútbol, hoy pienso solamente en jugar, sigo 100% futbolista y no está en mi cabeza el retiro. Pero me encantaría poder ayudar desde ese lado a la gente que realmente lo necesita. No tendría problema, pero es algo para analizar mucho con la familia porque ahí sí que pasás a no tener ni un momento de privacidad y tranquilidad.


-¿Es fácil marearse cuando te va bien?

- Y, pasa que al no tener nada en su momento y llegar a encontrarte con que tenes todo es un cambio muy duro que no a todos les sienta bien. Es fácil acostumbrarse a la buena vida y también confundirse con todas las cosas. Ganás un buen sueldo y podés pensar que estás salvado para toda la vida, pero a los 38 o 39 dejás de jugar y para el fútbol estás grande pero para la vida sos joven. Y tenés que continuar sin saber qué hacer…


-¿Cómo nació esto de tirarles caños a los árbitros?

- Yo no soy de mirar mucho fútbol, pero sí miro los resúmenes, los goles… Y vi que los árbitros en el sorteo siempre están con las piernas abiertas y la pelota en el medio, entonces dije, a alguno le voy a tirar un caño a ver si se enojan, je. Lo tiré en la B Nacional y medio que se me calentó uno, entonces lo dejé de tirar.



-¿Cambió en algo tu vida?

- No, nada. Mi vida sigue normal, como siempre. Somos una familia que nos gusta bastante salir a comer, así que lo hacemos, y no pasa nada.


-¿Y ahora que suena tu nombre en Boca?

- La verdad es que cruzo los dedos y ruego porque se dé. A mí me gusta Boca, fui simpatizante, o lo soy, pasa que cuando estás jugando medio que dejás de lado ese fanatismo. Atlético Tucumán es el lugar que me dio todo y es la única camiseta que besé y hoy pienso en Colón, en estar al 100% y tratar del partido que viene hacer las cosas mejor que en el anterior.


En otro momento de tu carrera estuviste cerca de Boca, ¿no?

- Sí, cuando tenía 23 años, pero no se dio. Quizá no dimensionaba o no pensaba del todo bien. Creo que no hice la fuerza necesaria para ir. Estaba dando los primeros pasos en Atlético Tucumán y pensé que iba a haber otra oportunidad después… Y no, es difícil llegar a los clubes grandes porque, por ahí, buscan jugadores con carrera en el exterior o de nombres más importantes.



-¿Te arrepentiste después?

- No, no me arrepiento de nada de lo que hice. Estoy muy contento con mi carrera, estuve y estoy feliz.




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