Tucumán
Miguel Mateos colmó de satisfacción a los tucumanos en el predio de la Rural
Miguel Mateos fue este sábado a la noche el encargado de marcar el punto más alto del Tucumán Music Festival con un show espléndido que cautivó a los cientos de tucumanos presentes en el predio de la Sociedad Rural.
El líder de Zas llegó a la provincia en medio de su gira por América Latina y sintetizó en las casi dos horas de un concierto sin fisuras su legendaria trayectoria con la mítica banda y como solista.
Tras el impacto inicial de Llámame, Miguel anunció para gusto de todos que se trataría de un show íntegramente de hits. Una noche más y Perdiendo el control, con él al teclado en el primer momento intimista de la noche, fueron la introducción a un viaje de ida en que jóvenes y más grandes cantaron y bailaron sin parar pasando por las más variadas emociones, del amor a la nostalgia y de la protesta a la esperanza de "un país muy diferente."
Atado a un sentimiento y Es tan fácil romper un corazón en el primer caso, Huevos, Lola, Un gato en la ciudad en el segundo, en todos acompañado por una banda de envidiable profesionalidad, con la guitarra blusera colgada de vez en cuando al cuello y con un carisma que deja notar los años de trayectoria arriba del escenario.
Entre tema y tema, con el público atrapado en un puño, algunos mensajes de compromiso y rebelión: contra el abuso de menores en Lola, con imágenes de los desaparecidos y los pañuelos de la Plaza de Mayo, contra la música comercial y el reggetón como irónica justificación cerca del final. En el medio, esa entrañable fórmula del ser argentino que es Bar Imperio, de allá en torno al 2000.
Para el cierre Obsesión, presentada como su canción "más frívola", Cuando seas grande a puro rocanrol y tras los bises la imponderable Tira para arriba, que dejó al público por las estrellas y coronó una noche inolvidable más.