28/04/2017

Argentina

Las lluvias dejaron al descubierto restos de un gliptodonte en una calle de La Pampa

Un geólogo que caminaba hizo un hallazgo inesperado al tropezarse con un animal extinto hace unos 10.000 años. En febrero, un hallazgo similar tuvo lugar en Famaillá.

Un geólogo del Conicet que caminaba por Santa Rosa, en La Pampa por una calle destruida por las zanjas que trazó una lluvia torrencial, hizo un hallazgo inesperado al tropezarse con un animal extinto hace unos 10.000 años y cuyos restos sirven a los científicos para sumar datos a la radiografía del terreno del lugar. En Famaillá también hallaron un especimen.

Marcelo Zárate, geólogo del CONICET, fue quien realizó el descubrimiento. La inundación, después de una lluvia torrencial de 286 milímetros en 48 horas en marzo pasado, generó zanjones de hasta un metro de profundidad. Ahora, con el retroceso de las aguas y varios días sin lluvia, los restos fósiles del gliptodonte quedaron a la vista

El gliptodonte, Panochthus tuberculatus su nombre científico, es un animal que se extinguió hace alrededor de 10 mil años, un enorme mamífero prehistórico que vivió en América del Sur.


Esta especie habitó la región pampeana y llegó a convivir con los humanos. Su peso era de alrededor de 1.000 kilogramos. Hace 13 mil años convivieron con los humanos. Eran como unos “mega peludos”, de los que incluso se alimentaba el hombre.

El hallazgo, en un barrio del sudeste de la ciudad, fue confirmado por el director del Museo de Historia Natural, Marcos Cenizo. "No se trabajó en detalle, pero es más o menos común, lo sorprendente es que esté en zona urbana”, dijo.

Y reconstruyó el final del gliptodonte: "Probablemente murió empantanado. Era una zona de pantanos o inundable. Una vez que murió, las corrientes desparramaron los restos".

El ejemplar hallado “es un gliptodonte de los más grandes” y que son visibles la coraza y la mandíbula. Cenizo, desde hace una semana, lleva a cabo las tareas de rescate como responsable del Museo de Historia Natural.

Un equipo de ese organismo hace los trabajos de recuperación en un pozo donde se alcanza a ver una especie de caparazón y posiblemente los restos de una cabeza. El paso que quedaba realizar es la extracción de los fósiles.

En febrero de este año, un hallazgo similar ocurrió en Tucumán. Edgardo Jiménez, de Monte Grande, fue quien se topó con los restos de un gliptodonte. Después de haber confirmado que lo encontrado por Jiménez se trata de huesos de gliptodonte, paleontólogos se acercaron al lugar para comenzar a trabajar y señalaron que “si no hubiera sido por la acción del río, no lo hubiéramos encontrado nunca”.

La característica principal del gliptodonte era su capa protectora, que lo blindaba y protegía de los depredadores de la época. Esta coraza ósea era muy resistente y capaz de soportar mordidas de tigres dientes de sable y lobos gigantes.

También podía defenderse con su robusta cola, que tenía huesos puntiagudos capaces de partir patas, costillas y los cráneos de sus depredadores.





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