20/10/2020

Sucesos

HISTORIA

Quien es el crack juvenil al que comparaban con Tevez y terminó acusado de asesinato y líder narco

Un talentoso futbolista que podría haber sido un crack y terminó tras las rejas.

Lautaro Carrachino, aquel fabuloso goleador de las Inferiores de San Lorenzo a quién comparaban con Carlitos Tevez tenía pedido de captura por homicidio, robo agravado, y narcotráfico.

A los 23 años y después de saborear apenas el sueño de gloria que entrega el fútbol a sus talentos, cayó preso tras pasar diez meses prófugo para enfrentar ahora, un juicio que puede condenarlo a prisión perpetua.

El delantero que fue goleador del Ciclón con marcas históricas en Séptima, Sexta y Quinta división, era el líder del monoblock 15 de Villegas, en el barrio de Ciudad Evita, Buenos Aires.


Maldito destino...


Hace poco, la Policía lo fue a buscar en aquel momento a un entrenamiento acusándolo de robo y homicidio, se escapó de la práctica y, aunque terminó sobreseído tiempo después, cuando volvió estaba desmejorado
Logró revertir esa historia y volvió a salir goleador. Fue entonces que el club apostó el pleno y le hizo contrato. Sus representantes lo sacaron de los monoblocks sabiendo que los amigos habían podían complicarle el futuro. Pero Carrachino con la primera plata eligió los boliches. Y sus amigos. Su rendimiento mermó y se fue a préstamo a Almagro un año, contó en un reporte especial el sitio Infobae.
Cuando terminó ese contrato, tenía 22 años y tomó la decisión de largar el fútbol. Era mayo de 2019. Y en sólo dos meses, quien era el futuro botín de oro pasó a ser el capo de “La banda de los 15”, el grupo de narcomenudeo que lideró junto a cinco amigos del barrio y asolaba Ciudad Evita.
 La violencia que ejercían hizo que la Justicia se posara rápido sobre ellos. Primero fue el juez federal Néstor Barral el que abrió una causa por narcotráfico el año pasado. Cayeron tres de sus secuaces pero Carrachino no. Y siguió adelante. Con su socio Christian Cruz, alias Chucky, decidieron ganar terreno en la zona y empezaron a copar departamentos de otros monoblocks para usarlos de bunkers. Hasta que el 27 de enero pasado, en otro intento de usurpación, un vecino se resistió y el ex jugador de San Lorenzo según declararon los testigos, lo mató.
Con la Policía detrás de sus narices, se refugió en varios barrios cercanos, donde otras bandas narcos le dieron cobijo. Anduvo por El Tambo, por 20 de Junio, por Puerta de Hierro, todos lugares de La Matanza desde los que seguía dirigiendo “La banda del 15”. 
Y volvía al barrio de madrugada, cuando le avisaban que los pasillos estaban limpios. Hasta que una noche cayó su socio Chucky y decidió ausentarse por un tiempo. Supo que le estaban ganando el negocio bandas rivales y de a poco empezó a regresar. Después de que se conoció su historia estuvo días sin aparecer, pero cuando le avisaron que las patrullas ya no ingresaban al 15, aflojó la tensión y regresó. S
e sentía seguro en esas calles fatigadas. Hasta que ayer a la noche no vio venir al patrullero y, cuando lo tuvo cerca, corrió como cuando le daban la pelota en tres cuartos de cancha y arrastraba rivales hasta definir en el arco rival. Pero esa realidad había quedado muy atrás. Ayer, mientras la lluvia amainaba, no llegó muy lejos: lo atraparon 150 metros más adelante y saltó su pedido de captura. Lo llevaron a la UFI temática de homicidios de la Matanza donde los fiscales lo esperaban para indagarlo y dejarlo preso. A Lautaro Carrachino, aquel chico que podría haber sido un crack y terminó tras las rejas.

Hace poco, la Policía lo fue a buscar en aquel momento a un entrenamiento acusándolo de robo y homicidio, se escapó de la práctica y, aunque terminó sobreseído tiempo después, cuando volvió estaba desmejorado.

Logró revertir esa historia y volvió a salir goleador. Fue entonces que el club apostó el pleno y le hizo contrato. Sus representantes lo sacaron de los monoblocks sabiendo que los amigos había podían complicarle el futuro. Pero Carrachino con la primera plata eligió los boliches. Y sus amigos. Su rendimiento mermó y se fue a préstamo a Almagro un año, contó en un reporte especial el sitio Infobae.

Cuando terminó ese contrato, tenía 22 años y tomó la decisión de largar el fútbol. Era mayo de 2019. Y en sólo dos meses, quien era el futuro botín de oro pasó a ser el capo de “La banda de los 15”, el grupo de narcomenudeo que lideró junto a cinco amigos del barrio y asolaba Ciudad Evita.

 La violencia que ejercían hizo que la Justicia se posara rápido sobre ellos. Primero fue el juez federal Néstor Barral el que abrió una causa por narcotráfico el año pasado. Cayeron tres de sus secuaces pero Carrachino no. Y siguió adelante.

Con su socio Christian Cruz, alias Chucky, decidieron ganar terreno en la zona y empezaron a copar departamentos de otros monoblocks para usarlos de bunkers. Hasta que el 27 de enero pasado, en otro intento de usurpación, un vecino se resistió y el ex jugador de San Lorenzo según declararon los testigos, lo mató.

Con la Policía detrás de sus narices, se refugió en varios barrios cercanos, donde otras bandas narcos le dieron cobijo. Anduvo por El Tambo, por 20 de Junio, por Puerta de Hierro, todos lugares de La Matanza desde los que seguía dirigiendo “La banda del 15”. 

Y volvía al barrio de madrugada, cuando le avisaban que los pasillos estaban limpios. Hasta que una noche cayó su socio Chucky y decidió ausentarse por un tiempo. Supo que le estaban ganando el negocio bandas rivales y de a poco empezó a regresar.

Después de que se conoció su historia estuvo días sin aparecer, pero cuando le avisaron que las patrullas ya no ingresaban al 15, aflojó la tensión y regresó.

Se sentía seguro en esas calles fatigadas. Hasta que ayer a la noche no vio venir al patrullero y, cuando lo tuvo cerca, corrió como cuando le daban la pelota en tres cuartos de cancha y arrastraba rivales hasta definir en el arco rival. Pero esa realidad había quedado muy atrás.

Ayer, mientras la lluvia amainaba, no llegó muy lejos: lo atraparon 150 metros más adelante y saltó su pedido de captura. Lo llevaron a la UFI temática de homicidios de la Matanza donde los fiscales lo esperaban para indagarlo y dejarlo preso. A Lautaro Carrachino, aquel chico que podría haber sido un crack y terminó tras las rejas.




Recomienda esta nota: