11/06/2017

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Ocho partes del cuerpo que no sirven para absolutamente nada

¿Podemos los humanos vivir sin los pezones? ¿o cualquier otra parte del cuerpo? Según aseguró el doctor Andrew Rochford al diario británico The Daily Mail, la respuesta es sí.
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A menos que haya gente que nos pague para mover las orejas, éstos músculos no sirven para nada.

“Existen rasgos que a nivel evolutivo ya no necesitamos”, explicó Rochford, quien enumeró ocho partes del cuerpo que ya no tienen ningún tipo de utilidad para nuestra supervivencia o la salud.


1. LOS PEZONES MASCULINOS

Más allá del lado erótico que pueda otorgárseles, los pezones en los hombres son innecesarios. Entonces, ¿por qué contamos con ellos? Se debe a la forma en la que los fetos se desarrollan en el útero: los pezones aparecen porque en principio todos somos “mujeres”. Con el tiempo, los hombres reciben el cromosoma Y, que es el que define el sexo masculino en los humanos. Luego se forman los órganos sexuales: vagina y ovarios, por los cromosomas XX (femenino); y testículos y penes, por los cromosomas XY (masculino).

“Los pezones son un rasgo evolutivo que los hombres ya no necesitamos. No tienen ningún propósito real”, contó el Dr. Rochford.



2. EL APÉNDICE
Este ya lo sabíamos. Al pequeño órgano en forma de tubo que está unido al intestino grueso y se encuentra en la parte inferior derecha del abdomen, no lo necesitamos para nada. “Hubo una época en la que el apéndice ayudaba a digerir ciertos materiales vegetales que consumían los seres humanos, sustancias que nunca hemos vuelto a comer”, declaró Rochford.

En general, los humanos sólo notamos este órgano cuando se inflama (apendicitis), provocando fuertes dolores, y hay que extraerlo. Si eso no sucede, no pasa nada, ya que no tiene ninguna función en el cuerpo.



3. LOS SENOS PARANASALES

“Los senos paranasales sólo son espacios llenos de aire en medio de la cabeza que pueden provocarnos terribles dolores de cabeza”, dictaminó Rochford. “Aunque no se sabe muy bien por qué los tenemos”, agregó. Los senos nasales o paranasales son un conjunto de cavidades aéreas que se encuentran en los huesos frontales, esfenoides, etmoides y maxilar superior y que comunican con las fosas nasales.



4. LOS MÚSCULOS QUE MUEVEN LAS OREJAS
A menos que haya gente que nos pague para mover las orejas, éstos músculos no sirven para nada. Rochford explica que en nuestra evolución poder mover las orejas tuvo su utilidad, mantenernos alertas de nuestros depredadores. “Los animales los siguen usando. Captan mejor los sonidos ambientales, cazan o agarran por sorpresa a un depredador que los acecha”, agregó.

 



5. LAS AMÍGDALAS

“Podemos vivir sin ellas. No son más que una parte del sistema inmunológico que no necesitamos”, sentenció el doctor. Pese a que hace unas cuantas décadas que ha dejado de hacerse, son varios los estudios que defienden su extracción a edades tempranas para evitar problemas de salud. El hecho es que estas extensiones de tejido linfoide situadas en la laringe son útiles para proteger la entrada de las vías respiratorias de la invasión bacteriana, pero sólo cuando somos pequeños, concretamente hasta que cumplimos los tres años. A partir de allí, las amígdalas podrían incluso convertirse en el peor enemigo de nuestra garganta y sistema inmune provocando infecciones peligrosas como la que porta su propio nombre, amigdalitis.



6. LAS MUELAS DEL JUICIO
Geniales para roer y arrancar la dura piel de animales recién cazados, la realidad es que las muelas del juicio hoy no son necesarias para el tipo de alimentos que consumimos. Por lo general, acaban desarrollándose en algún momento de nuestras vidas pero casi nadie sale indemne de este surgimiento. Se calcula que solo el 5% de la población cuenta con un juego sano de estos terceros molares.

O lo que es lo mismo: el 95% de las personas no tenemos espacio suficiente para que salgan por completo las cuatro muelas del juicio lo que se traduce en dolor e incluso en una desestructuración de su sonrisa ya que, para hacer hueco a las nuevas el resto de los dientes terminan por moverse hacia delante o atrás o superponerse sin un orden lógico. De ahí que muchos dentistas opten por extraerlas en el mismo momento en el que empiezan a asomarse.


7. LOS LÓBULOS DE LAS OREJAS
“¿Para qué pueden servirnos aparte de para ponernos aros?”, se preguntó el doctor. No, no sirven para nada. Es un rasgo evolutivo que de a poco va desapareciendo. Sin embargo, según BBC Focus, los lóbulos de las orejas tienen un buen suministro de sangre y pueden ayudar a mantener la oreja a una temperatura cálida. Pero podría ser, simplemente, que la selección natural todavía no los haya eliminado. También hay evidencia que apunta a que los seres humanos los encontramos atractivos.




8. EL CÓCCIX
Este hueso que se encuentra en la base de nuestra columna vertebral es, en realidad, la fusión de cuatro pequeñas vértebras y parece no tener ninguna utilidad hoy en día. Sin embargo, en un pasado remoto debía formar parte de la cola de nuestros antepasados, desaparecida con la evolución.

Hace miles de años los humanos teníamos una especie de cola que nos ayudaba a mantener el equilibrio. Pero de aquella cola sólo nos queda el cóccix, la última vertebra de la espina dorsal que no, no sirve para nada.





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