28/06/2017

Argentina

Desde el macrismo proponen que las vacunas dejen de ser obligatorias

Un proyecto presentado por la diputada de Cambiemos Paula Urroz plantea que los menores y sus padres deben recibir información sobre los supuestos peligros del método y poder decidir si lo aceptan o no.
Desde el macrismo proponen que las vacunas dejen de ser obligatorias | El Diario 24 Ampliar (1 fotos)

Existe un calendario obligatorio de vacunas en nuestro país.

La diputada nacional de Unión Pro por la provincia de Buenos Aires Paula Urroz presentó un proyecto de ley para que los padres de niños que deben ser vacunados elijan si desean aceptar o no la medicación, tras ser informados sobre los supuestos efectos adversos de tal método de prevención.


En su artículo 1, el citado proyecto propone que "las personas que sean pasibles de vacunación obligatoria u opcional y quienes sean responsables por la vacuna que reciba un menor a su cargo deberán recibir previamente una información fehaciente acerca de los riesgos que la inoculación de la vacuna en cuestión implica, posibilitando la aceptación o no aceptación de ese acto médico, en cumplimiento del derecho al consentimiento informado establecido en el Capítulo III de la Ley 26.529″.


Asimismo, la iniciativa establece que "en los lugares públicos y privados donde se suministren vacunas de cualquier tipo deberá exhibirse de forma visible un cuadro informativo donde se advierta sobre las contraindicaciones para la aplicación de las vacunas". Y aclara que "en caso de presentarse efectos adversos de cualquier naturaleza, el damnificado o sus representantes legales tendrán la obligación de denunciarlos ante la Secretaría de Salud", según reproduce Infobae.


Entre los fundamentos de su proyecto, Urroz establece que "las vacunas contienen componentes de naturaleza tóxica (aluminio, mercurio, polisorbatos, formaldehído, etc.) y biológicos (virus y bacterias muertas o atenuadas, restos de ADN de células de cultivo humanas y animales) que conllevan un riesgo, constatado en los hechos, de muerte, enfermedad aguda o crónica de variada naturaleza, a lo que hay que añadir la modificación del patrimonio genético".


La propuesta parece enmarcarse en una corriente que aún no ha arraigado con fuerza en nuestro país pero que adquiere cada vez más adeptos en países desarrollados.  Con el surgimiento de esta tendencia crítica de las vacunas se comenzó a consolidar, un grupo importante de padres prefieren pasar por alto los procesos de inmunización de sus hijos en busca de terapias alternativas naturales, como la homeopatía. Estados Unidos –uno de los países con la situación más crítica respecto de este movimiento– vio resurgir en 2014 epidemias de enfermedades como el sarampión y la tos convulsa (erradicadas en el país desde 2002 y 1970, respectivamente) con más de 20.000 afectados.


"En los EEUU se compensó desde 1986 (año de vigencia de la Ley de Reparación de Efectos Adversos Vacunales) con dos billones de dólares a quienes sufrieron efectos adversos, teniendo en cuenta que según las mismas autoridades sanitarias sólo se denuncia un 10% de dichos efectos y se reconoce sólo la tercera parte de los casos denunciados como tales", informó Urroz en su propuesta, al tiempo que consideró que "siendo un acto médico que implica posibles daños, incluso irreparables, se debe considerar el Principio Precautorio y por lo tanto, incluirse dentro del derecho al consentimiento informado".


Consultada por el sitio Infobae, la médica infectóloga Lilian Testón aseguró que "las vacunas protegen la salud de los niños y adultos y salvan vidas. Previenen enfermedades graves e incluso algunas formas de cáncer". Y remarcó: "Existen décadas de experiencia que indican que las vacunas son seguras y efectivas y lograron erradicar enfermedades como la polio (excepto en Pakistán, Nigeria, Afganistán), la viruela, la difteria (actualmente existe un brote en Venezuela por la vulnerabilidad sociopolítica en que se encuentra), el sarampión, tétanos y paperas".


"Entiendo que este proyecto de ley se acerca mucho al activismo anti-vacunas que existe en los EEUU y se acrecentó con las opiniones del presidente Donald Trump y sus asesores en el tema –analizó la coordinadora del Departamento de Epidemiología de Grupo Stamboulian–. Estoy de acuerdo con que los padres sepan los efectos adversos de las vacunas que reciben sus hijos, en su gran mayoría leves, y que se publican cada semana en el Boletín Integrado de Vigilancia del Ministerio de Salud de la Nación y son informados por la mayoría de los médicos".


Por su parte, el doctor Daniel Stamboulian, experto inmunólogo y director de Fundación Centro de Estudios Infectológicos (Funcei) señaló de manera categórica: "Las vacunas fueron y son, después del agua potable, los elementos más importantes para la reducción de las enfermedades y muertes". Y agregó: "Los llamados 'grupos anti-vacunas' no tienen ningún sustento científico que los avale. Cuando existe una vacuna capaz de prevenir una enfermedad, es siempre mejor inmunizarse antes que padecer la infección. Hay que pensar que si la persona que se enferma pertenece a un grupo de riesgo, puede tener complicaciones graves e, incluso, perder la vida".


A su vez, la doctora Romina Romero (MN 126.531), médica especializada en infectología y microbiología clínica, responsable de microbiología en el laboratorio Bombicino Diagnósticos, resaltó que "los agentes infecciosos que provocan las enfermedades prevenibles mediante vacunación siguen circulando en algunas partes del mundo, por lo cual, en un mundo altamente interconectado, esos agentes infecciosos pueden atravesar fronteras geográficas e infectar a cualquier persona no protegida". Para ella, "existen dos motivos fundamentales para vacunarse: por un lado protegernos a nosotros mismos y, por el otro, proteger a quienes nos rodean. La erradicación mundial de la viruela en la década de los 80, y de la poliomielitis en la Argentina en 1984, se dio gracias a la vacunación masiva y sostenida a lo largo de generaciones y generaciones".

(Infobae)




Recomienda esta nota: