09/06/2020

Argentina

ECONOMÍA

¿Puede ser Sancor la próxima empresa expropiada?

Similitudes y diferencias con el caso de Vicentin y la mirada de especialistas que encienden las alarmas.

La decisión del Gobierno Nacional de intervenir y expropiar Vicentin, encendió las alarmas en el sector agropecuario que tomó con sorpresa la medida y levantó algunas críticas de productores y dirigentes. Es que la determinación de tomar el mando de la empresa agroindustrial con mayor presencia en el mercado, abre el interrogante para otras que se encuentran en situaciones complejas, y una de ellas es Sancor, a la cual algunos analistas se animan a decir que pude ser la próxima.


Vicentin es una firma que tiene casi 100 años, con sede en la localidad santafesina de Avellaneda. Comenzó como un almacén familiar de ramos generales, pero con el tiempo se transformó en la principal empresa exportadora de harinas y aceite de bandera nacional.

Según un informe publicado por Infobae, entre los casos de la Sancor y Vicentin hay un eslabón que encadena ambas crisis. En 2016, como parte de su plan de expansión hacia nuevos rubros, la compañía agroexportadora de la localidad de Avellaneda formó la sociedad Alimentos Refrigerados SA (ARSA) y le compró a la Cooperativa el negocio de yogures, postres y flanes por USD 100 millones.

La crisis de Sancor tuvo un capítulo muy recordado en 2007, cuando no había podido renegociar ni pesificar su deuda en dólares asumida en tiempos de la Convertibilidad. El riesgo de quiebra era latente y una empresa de George Soros, Adecoagro, había hecho una oferta muy tentadora para quedarse con Sancor, que por entonces era líder cómoda en el ranking de las empresas lácteas.

Cuando ese negocio estaba a punto de concretarse, el ex presidente Néstor Kirchner recurrió a su socio político, el ex presidente venezolano Hugo Chávez, quien ofreció a Sancor un importante préstamo de 70 millones de dólares, que la empresa cobró de inmediato y fue saldando con envíos de leche en polvo hacia Venezuela en un largo plazo de pago. Fue el negocio más ventajoso que pudo haber hecho la empresa, que así estiró su agonía varios años más.

Hoy, a pesar de conseguir algo de oxígeno a comienzos de 2019 con la venta de algunas fábricas y marcas finalmente a Adecoagro, la cooperativa láctea atraviesa un momento muy complicado. Uno de los últimos problemas que se generó, fue en febrero pasado con el freno de la actividad en la Planta de la Cooperativa en la localidad de San Guillermo, provincia de Santa Fe.

En la actualidad Sancor está procesando unos 600 mil litros de leche por mes, y cuenta con una capacidad de 4 millones de litros. Además, los productores comentaron que hay una gran parte de la infraestructura que se encuentra obsoleta.

“Para que Sancor funcione muy bien, debería estar procesando unos 2 millones de litros mensuales. Los tamberos que dejaron de entregarle hoy lo hacen la mayoría en Saputo, que en los últimos tiempos ha ganado mucho espacio y poder en el mercado lácteo”, comentó un productor de Santa Fe, que conoce como pocos la operatoria de la láctea.

Tanto Sancor como Vicentin se nutren de la materia prima que se produce en los campos de Santa Fe y de todo el país. Miles de tambos se ven afectados cuando la usina a la que le entregan la leche deja de tener capacidad de pago. Y lo mismo sucede con los productores de granos que proveen a las plantas de Vicentin. Por eso, en cuanto tambalea una industria y se pone en duda esa capacidad de pago, la provisión de materia prima se ve afectada, se corta el círculo vicioso que permitiría, con algo de suerte y paciencia, salir de las crisis.

Muchos tamberos que proveían de leche a Sancor dejaron de venderle, algo lógico si se tiene en cuenta que hay muchos a los que la empresa les sigue debiendo dinero por la compra de leche. Vicentin no corrió la misma suerte. A pesar que analizó caminos alternativos para saldar sus deudas sin dejar de operar, terminó siendo intervenida y está muy cerca de la expropiación.




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