La SAT colocó un dispositivo explosivo, pero EDET complicó las cosas para la población de Concepción

La raíz del problema fue el desprendimiento de la bomba del pozo N°6, situado en Catamarca y República de Siria en Concepción, la cual cayó a una gran profundidad, lo que impide su recuperación y ha requerido de la instalación de una nueva bomba.

La bomba recién instalada funcionó durante la noche con una presión insuficiente, según testimonios de varios residentes del área, lo que aun así permitió el llenado de los tanques y cisternas de algunas viviendas. Sin embargo, a pesar de esto, el servicio no se normalizó durante el día y esto generó nuevas quejas y descontento entre los usuarios.

Personal de la SAT acudió al pozo N°6 y constataron que una llave del tablero se había quemado a causa de una baja en la tensión eléctrica. “Este fallo dejó fuera de funcionamiento nuevamente al equipo de bombeo”, explicó Rubén Coronel, referente a cargo de la SAT en Concepción. 

El operario precisó que el nuevo contratiempo se resolvió a partir de la colocación de una llave nueva. “Vamos a mantener un control de cerca para observar que todo marche bien. Con esto no debería haber ningún problema ya que cambiamos una llave muy vieja por una nueva, aportada por la Municipalidad”, prometió el intendente de Concepción, Alejandro Molinuevo. 

“Hicimos una prueba y el agua está saliendo muy bien, con mucha fuerza, lo que va a llevar tranquilidad a la gente”, afirmó. El referente de Juntos por el Cambio no registra antecedentes de una situación similar. 

“Es la primera vez que sucede, pero el año pasado fue recurrente el robo de cables del tablero en distintos pozos de la ciudad, lo que nos dejaba sin agua por dos horas, hasta que lo reparábamos”, señaló.

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Rosa Figueroa dijo que en su hogar en el barrio Zavalía viven 17 personas, entre ellos, tres menores de edad y una mujer embarazada. “Mi sobrina va a León Rouges para bañarse y para bañar a sus hijos”, se lamentó.

Explicó que el agua que reparten, al no ser apta para el consumo humano, afectó la salud de su familia, tanto que debió llevar a su hijo al hospital donde quedó internado por un cuadro de deshidratación. 

Y agregó que la falta de agua también afectó su economía. “Somos jornaleros del día a día, no nos alcanza para comer y tenemos que elegir entre comer o tomar agua”, cuestionó.

Miguel Salcedo, vecino de barrio El Parque, aseguró que debido a esta situación tuvo que recurrir a alternativas impensadas: junto a su familia decidió ir a bañarse al Río Gastona, que queda a unas 10 cuadras de su casa. 

“Tuvimos que cruzar el cañaveral para ir a bañarnos como si fuéramos incivilizados. Esta situación es incontenible. No sabemos a quién dirigirnos para que nos den una solución, lo del arreglo fue una farsa”, lamentó.

Las familias que más reniegan por las complicaciones aparejadas a esta situación son las que tienen niños y personas mayores. Camila Peralta contó que sus hijos lloran pidiendo el agua del que carecen hace días. 

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El intendente de la ciudad anunció que la construcción del nuevo pozo en las calles Diego Villarroel y Costanera serviría para atender con la creciente demanda de agua, que responde al crecimiento de la población y que es una de las causas de esta problemática que data de varios meses.

El funcionario afirmó que el pozo debería estar listo entre los próximos 30 y 40 días. “Desde 2016 estamos tratando de municipalizar el servicio de agua, como sucede en otras provincias, para poder tener más autonomía”, aseguró Molinuevo.