13/01/2021

Sucesos

CASO

Se hizo pasar por su hija secuestrada hace 25 años pero el ADN dio negativo: “Me dejé manipular”

A un año y medio de que Valeria Ziggiotto se paseara por todos los medios haciéndose pasar por Marina Fernanda Aragunde, secuestrada en febrero de 1995 en Marcos Paz.

Marina sigue buscando a su hija desde distintas cuentas de Facebook, que ayudan a personas en su misma situaciónEl 20 de noviembre de 2019 la noticia conmovió a la opinión pública no solo por su espectacularidad sino por el desgarrador testimonio de Valeria Ziggiotto, una joven de 28 años que aseguraba haber sido secuestrada a los 4 años mientras jugaba en la puerta de su casa y afirmaba haberse reencontrado con su mamá después de 24 años.
“A mí me secuestraron y me vendieron. Se compró en Mar del Plata, en Migraciones, una identidad falsa. Fue un ajuste narco entre mi abuelo paterno y estas personas que me secuestran y me venden. Fue para hacerle daño a mi abuelo, pero no vieron que le hacían daño a mi mamá detrás de todo esto”, había asegurado en una entrevista que le concedió a Infobae la chica que asegura ser Marina Fernanda Aragunde, secuestrada el 1° de febrero de 1995 en Marcos Paz.
Mientras ella salía a contar su verdad en todos los medios, Marina Beatriz Aragunde optaba por mantener un bajo perfil y guardar silencio. ¿El motivo? La prueba de ADN que ambas se habían realizado en el Instituto de Fertilidad Asistida Dr. Julio Colabianchi, de Rosario, el 17 de julio de ese mismo año dio negativa y la vida de Marina volvió a desmoronarse.
“Valeria me manipuló durante mucho tiempo. Yo pensé que después de 24 años había encontrado a mi verdadera hija pero era mentira. Sin embargo, ella insistía con que alguien había pagado mucho dinero para modificar el resultado. Por eso, a fines de 2019 mandé a analizar otra muestra de ADN a Houston, que era lo más seguro para que nadie se enterara, y tampoco hay compatibilidad”, precisó la mujer a Infobae, quien tuvo que superar varios problemas de salud para salir a dar su versión de los hechos. Estuvo con ataques de pánico e hipertensión.
Incluso, Valeria llegó a elaborar una hipótesis de por qué ambas pruebas desestimaron el parentesco. “Me contó que tuvo cáncer hace 4 años y que la vaciaron. Dijo que estuvo internada en el Hospital Posadas y que le habían hecho tantas transfusiones que su sangre podría estar alternada por los medicamentos que le metían a su cuerpo”, relató Marina, consciente de la locura que estaba escuchando pero que su corazón prefería creer.
“Fue muy perversa y yo me dejé manipular por mi deseo de encontrarla", contó la mujer entre llantos. 
A un año y medio de lo sucedido, Marina quiere desenmascarar a la impostora: “Tardé tanto en hacerlo público porque ella me seguía escribiendo por Whatsapp, mandando videos y cartas….La verdad, lo mejor que me puede pasar es tenerla bien lejos y que no me contacte más”.
También se lamenta de no haberle hecho caso a las personas que integran los grupos de Facebook “Dónde estás” y “Estoy buscándote” (que ayudan a las personas en la búsqueda de sus seres queridos), quienes le advirtieron de los riesgos de encontrarse personalmente con ella sin tener la confirmación del ADN. “Pero bue...ya está. Me dejé llevar por el deseo de que fuera mi hija y ahora estoy pagando las consecuencias”, admitió con arrepentimiento.

El 20 de noviembre de 2019 la noticia conmovió a la opinión pública no solo por su espectacularidad sino por el desgarrador testimonio de Valeria Ziggiotto, una joven de 28 años que aseguraba haber sido secuestrada a los 4 años mientras jugaba en la puerta de su casa y afirmaba haberse reencontrado con su mamá después de 24 años.

“A mí me secuestraron y me vendieron. Se compró en Mar del Plata, en Migraciones, una identidad falsa. Fue un ajuste narco entre mi abuelo paterno y estas personas que me secuestran y me venden. Fue para hacerle daño a mi abuelo, pero no vieron que le hacían daño a mi mamá detrás de todo esto”, había asegurado en una entrevista que le concedió a Infobae la chica que asegura ser Marina Fernanda Aragunde, secuestrada el 1° de febrero de 1995 en Marcos Paz.

Mientras ella salía a contar su verdad en todos los medios, Marina Beatriz Aragunde optaba por mantener un bajo perfil y guardar silencio. ¿El motivo? La prueba de ADN que ambas se habían realizado en el Instituto de Fertilidad Asistida Dr. Julio Colabianchi, de Rosario, el 17 de julio de ese mismo año dio negativa y la vida de Marina volvió a desmoronarse.

“Valeria me manipuló durante mucho tiempo. Yo pensé que después de 24 años había encontrado a mi verdadera hija pero era mentira. Sin embargo, ella insistía con que alguien había pagado mucho dinero para modificar el resultado. Por eso, a fines de 2019 mandé a analizar otra muestra de ADN a Houston, que era lo más seguro para que nadie se enterara, y tampoco hay compatibilidad”, precisó la mujer a Infobae, quien tuvo que superar varios problemas de salud para salir a dar su versión de los hechos.

Estuvo con ataques de pánico e hipertensión.

Incluso, Valeria llegó a elaborar una hipótesis de por qué ambas pruebas desestimaron el parentesco. “Me contó que tuvo cáncer hace 4 años y que la vaciaron. Dijo que estuvo internada en el Hospital Posadas y que le habían hecho tantas transfusiones que su sangre podría estar alternada por los medicamentos que le metían a su cuerpo”, relató Marina, consciente de la locura que estaba escuchando pero que su corazón prefería creer.

“Fue muy perversa y yo me dejé manipular por mi deseo de encontrarla", contó la mujer entre llantos. 

A un año y medio de lo sucedido, Marina quiere desenmascarar a la impostora: “Tardé tanto en hacerlo público porque ella me seguía escribiendo por Whatsapp, mandando videos y cartas….La verdad, lo mejor que me puede pasar es tenerla bien lejos y que no me contacte más”.

También se lamenta de no haberle hecho caso a las personas que integran los grupos de Facebook “Dónde estás” y “Estoy buscándote” (que ayudan a las personas en la búsqueda de sus seres queridos), quienes le advirtieron de los riesgos de encontrarse personalmente con ella sin tener la confirmación del ADN.

“Pero bue...ya está. Me dejé llevar por el deseo de que fuera mi hija y ahora estoy pagando las consecuencias”, admitió con arrepentimiento.

A pesar de todos los obstáculos que tuvo que vencer para que triunfara la verdad, la mujer aseguró que no va a darse por vencida y que seguirá buscando a su hija más que nunca: “Creo que estaba cerca de encontrarla y todo esto sucedió para embarrar la cancha”.

Marina sigue buscando a su hija desde distintas cuentas de Facebook, que ayudan a personas en su misma situación

La última vez que Marina habló con Valeria fue el 20 de octubre de 2020. Esta fue la conversación que mantuvieron


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