Seguridad: Quiénes asumieron como nuevos funcionarios

El recién asumido gobernador, Osvaldo Jaldo, se enfrenta a una tarea desafiante. Debe cumplir con las promesas de su campaña, donde la lucha contra la inseguridad fue destacada como una prioridad. Sin embargo, este camino no será fácil, dadas las dificultades presentes en el contexto social y económico. Además, existe la incertidumbre de que el descontento social pueda aumentar hasta las elecciones presidenciales del 19 de noviembre.

Durante el fin de semana, se desataron rumores en torno al ministro de Seguridad, Eugenio Agüero Gamboa, quien había sido confirmado en su cargo semanas atrás. Debió determinar quiénes ocuparían los cargos secundarios en su área. Finalmente, se dieron a conocer los nombres de estos funcionarios después de una reunión de gabinete encabezada por el gobernador, que se realizó con cierta urgencia. Los recién nombrados tuvieron que sortear obstáculos para ingresar al teatro donde se llevó a cabo la ceremonia de asunción, ya que pocos sabían de su designación.

El motivo detrás de este misterio en el ministerio de Seguridad radica en el deseo de evitar que los nuevos funcionarios sean víctimas de campañas de desprestigio en las redes sociales. Situaciones similares se habían presentado en el pasado con figuras como los ex jefes de Policía, Manuel Bernachi y Julio Fernández, aunque dichas denuncias anónimas no prosperaron por falta de pruebas. A pesar de ello, no se descarta que en las próximas horas surjan nuevos señalamientos que involucren a estos recién nombrados funcionarios.

En un giro inusual, los roles clave estarán ocupados por dos individuos que anteriormente formaban parte de la fuerza policial y tienen una relación estrecha con los funcionarios del Ministerio Público Fiscal. Esto representa un cambio significativo, ya que rara vez se había invitado a miembros de la Policía a asumir cargos políticos mientras continuaban en sus funciones policiales. Héctor Gustavo Vizcarra, ex comisario que desarrolló su carrera en el ámbito de la inteligencia de la fuerza, asumirá como Secretario de Seguridad. Se le reconoce su habilidad para gestionar relaciones con gremios y organizaciones sociales, lo que se considera valioso en momentos de crisis. Sorprendentemente, se le notificó de su designación mientras estaba dando clases en la Escuela de Policía.

Por otro lado, Jorge Dib, hasta ayer a cargo de la ex Brigada de Investigaciones, asume el cargo de Secretario de Lucha contra el Narcotráfico. Dib lideró investigaciones en casos notorios, como el homicidio de Luis Espinoza y el asesinato del párroco Oscar Juárez. Su nombramiento se basa en su experiencia como investigador y se espera que aporte un enfoque diferente en la lucha contra el tráfico de drogas. El objetivo será combatir las redes de microtráfico de sustancias, desmantelando los centros de distribución de drogas en los barrios. Sus colegas informaron que recibió la noticia de su nombramiento mientras se encontraba en su oficina y tuvo que apresurarse para asumir su nuevo cargo.

La elección de Joaquín Girbeau Olleta como jefe de Policía fue considerada sencilla. Se dice que el gobernador Jaldo sugirió su nombramiento, ya que se ajusta al perfil buscado. Olleta es un líder experimentado en la planificación de operativos y se le reconoce por su disposición a estar al frente de las operaciones, cualidades destacadas en el mundo policial. Aunque deberá comparecer como testigo en el juicio por la sedición policial de 2013, se espera que pueda desempeñar su papel efectivamente.

La elección del subjefe planteó un dilema. Se consideraron dos alternativas: seleccionar a un oficial de alto rango actual o a un comisario con menos jerarquía que podría impulsar cambios más rápidos en la Policía. Finalmente, se optó por la primera opción, eligiendo a Roque Íñigo. Este nombramiento envía un mensaje claro de que no habrá cambios significativos en la fuerza por el momento, aunque no se descarta modificaciones en el futuro. Íñigo es abogado y ha asesorado a oficiales en cuestiones operativas durante muchos años.

Esta selección de funcionarios sugiere un nuevo rumbo en el Ministerio de Seguridad, en el que la experiencia policial se entremezcla con las responsabilidades políticas, y se espera que brinde un enfoque renovado en la lucha contra la inseguridad.